Tu calor
Harry miró a Severus fijamente a los ojos, en su mirada había determinación, no iba a dejarse vencer. Soltó la snitch y ambas escobas salieron disparadas hacia arriba. La saeta mucho más rápida, pero Severus no se desanimó, buscó a través del cielo algún brillo que delatara la presencia de la insignificante pelotita.
Por un par de segundos, el Profesor no pudo evitar distraerse al mirar a Harry volar alrededor del campo. Se le veía tan hermoso siendo amo de la escoba, realizando giros con deslumbrante agilidad, concentrado hasta la médula en ganar... se sintió profundamente orgulloso de él. Olvidándose del juego, dirigió su escoba hacia el chico.
Al verlo, Harry volvió la cabeza hacia atrás pensando en que quizá hubiese visto la snitch, pero no había nada. Cuando regresó a mirar al Profesor, convencido de que había caído en alguna trampa, se vio sorprendido cuando el hombre detuvo su escoba a su lado y sujetándole de la nuca, le besó.
Harry también se olvidó de todo para corresponder al beso, ahí, en lo alto y sobre sus escobas, sus labios se acariciaban con dulzura y pasión entremezcladas. El chico jadeaba mientras apretaba sus piernas contra la escoba, previniendo que el temblor que sentía no lo tumbara, pero a pesar de encontrarse a varios metros en las alturas, lo más excitante era la lengua de Severus acariciándole la suya, succionando delicadamente su aliento de vida, el que con gusto y sin pensar ya daría por ese hombre.
— ¡Cielos! —exclamó Harry sonrojado cuando se separaron—. ¡Ese beso fue genial, Severus!
— Siento haber interrumpido el juego, pero no pude resistirme... cada que te veía jugar Quidditch sentía algo extraño, ahora sé que era el deseo de montarme en una escoba e ir a besarte.
— ¡Wow!... pues que bueno que cumpliste ese deseo.
— Igual me alegro. Ahora regresemos a jugar... hay una tonta pelotita a la que atrapar.
Era difícil encontrar a esa pequeña tonta pelotita en medio de la oscuridad del cielo a las dos de la mañana, pero ninguno de ellos se dio por vencido, aunque el sol los sorprendiera, no iban a dejarse ganar.Por un segundo, Harry sintió que el corazón se le saldría por la boca cuando vio a Severus dirigirse rápidamente hacia un lugar en las gradas, era demasiado tarde para alcanzarlo, y no pudo evitar reír cuando el hombre estuvo a punto de estrellarse por lo que tuvo que hacer graciosos malabares para sostenerse en su escoba evitando terminar con algún hueso roto y el orgullo maltrecho... y además, no conseguir atrapar la snitch.
Severus entornó los ojos en una franca advertencia para que se guardara sus burlas, pero Harry estaba demasiado divertido. De pronto, dejó de reír cuando vio que su Profesor volvía a dirigirse velozmente hacia él, comprendió que no era para ningún beso y tampoco por la snitch. Sin dejar de reír huyó comenzando un nuevo juego. Harry lograba esquivar a su pareja con facilidad, era más ágil y su escoba más veloz, así que a veces le daba cierta ventaja, pero sin riesgo para ser alcanzado.
De pronto, ante un fulgor dorado, dejó de reír y se dirigió rápidamente hacia un sitio entre los aros que formaban la portería. Severus estaba más cerca y al entender lo que pasaba, emprendió el camino hacia ahí, sonrió al ver la escurridiza pelota volar de un aro a otro y luego mantenerse quieta en uno de ellos. Harry inclinó su cuerpo para tomar más velocidad. Consiguió alcanzar a Severus y aunque ambos estiraron la mano para hacerse de la snitch, la más pequeña fue la que se cerró entorno a ella, consiguiendo que sus ojos verdes brillaran intensamente.
— ¡Es mía, yo gané! —gritó Harry cuando regresaron a tierra firme.
— Bien, engreído, ahora dime cuál es tu deseo.
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Al calor de tu amor
FanficUn corazón puro y noble tan sólo esperaba la prueba final para poder liberarse de la misión que le impusieron al año de edad... Pero el destino le cambió todo, ahora tendrá que enfrentarse y superar algo que jamás se imaginó, algo para lo que no se...