Parte 1.
Tras huir del complejo subterráneo, ante la atenta mirada de Raven, Maddison no pudo evitar que las dudas se volvieran a apoderar de ella. Se preguntaba si realmente aquello estaba bien, si era lo correcto. Pero a pesar de que le había insistido a Antoine por respuestas, él no había soltado prenda, con el pretexto de que aún no podía dárselas.
—Solo tienes que confirmar en mí —le insistió por enésima vez—. Tu marcha hará que Raven los presione lo suficiente como para convencerlos de que hay que marchar a la capital para dar contigo y rescatar a nuestros amigos. Aunque de esa parte, sé que te podrás apañar sola sin problemas.
—¿Cómo puedes estar tan seguro? Creo que me estás ocultando cosas y que, por supuesto, no piensas decírmelas —lo acusó sin reparo—. ¿Cómo voy a confiar en ti si no me cuentas toda la verdad?
—Sabes lo necesario, Maddison. Y aunque no lo creas, es suficiente para ti. De otra manera, este nuevo plan se irá al traste —habló de forma monótona—. Tenía que darle un incentivo a Raven para que acelerase las cosas.
No dejaba de hablar de aquella forma tan críptica, como si conociera lo que les deparaba el futuro, aunque fuera imposible. De cualquier forma, insistía en que debían llegar a la capital antes de que pasaran tres días; cuatro apurando al máximo. Según él, era una cuestión de vida o muerte. Y para Maddison, pensar simplemente en la posibilidad de que alguien hiriese a Nico, era razón suficiente como para ponerse las pilas. Debía dejar cualquier duda o emoción a un lado. Al menos, hasta cumplir su principal objetivo.
Así que cogieron un atajo y viajaron a través de un portal oculto. Este era el que estaba más cerca y los llevaba directamente hasta Pana. Antoine venía preparado con dos piedras para viajar, como si lo hubiera anticipado todo.
Cuando le tendió una a Maddison, esta no dudó en cogerla y dar el primer paso. No podía darle tiempo a Raven de alcanzarla o su oportunidad se iría al traste, como le había expresado su compañero de fuga.
Llegar a su destino les llevó dos días cabalgando sin cesar. La parte buena, era que, una vez más, Antoine había pensado en todo y los había provisto de transporte nada más para llegar al territorio.
Cuando más se acercaban a la capital, más peligroso se volvía todo. Maddison tuvo que cubrir su cabello y su rostro con ropajes para no caer en el mismo error que había cometido la vez anterior. Nadie la reconoció esta vez.
—No podemos dar ningún paso en falso.
Aquella era la frase favorita de Antoine, aunque a ella, todos sus movimientos le parecían improvisados e impulsivos. Sin saber, que, dentro de la cabeza de su compañero, estaba todo pensado, calculado y estudiado.
A pesar de que el tiempo era un elemento crucial, Antoine le había insistido en pasar la noche ocultos en un burdel. Porque, según él, sería el último lugar donde los buscarían sus amigos de Crixross. Y no le faltaba razón alguna.
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La ladrona y el cuervo [Completa✔️]
FantasyLa soledad, la supervivencia y la pobreza convirtieron a Maddison en una hábil ladronzuela capaz de realizar el más sutil, silencioso e inadvertido hurto. Ella no tiene apellido, título, ni padres y aun así consigue alimentar al pequeño Nico, el cua...