Despertó sintiendo la suavidad y calidez del cuerpo de Raven envolviendo el suyo, bajo una manta ligera; en algún momento, este parecía haberse tomado la molestia de cubrir su desnudez. Aquello hizo que la joven se sonrojara.
El humo del pequeño fuego que habían encendido la pasada noche bailaba hasta el cielo y los primeros rayos de luz se colaban por el horizonte, aunque ellos, se encontraban protegidos bajo la copa de un árbol.
No se escuchaba ningún pájaro cantar y parecía que el aire no corría. Aquello hacía que la idea de que el tiempo se hubiese congelado pareciera real.
Jamás en su vida había sentido aquella paz, que ahora recorría cada centímetro de su piel. Si bien era cierto que se encontraba dolorida y extrañamente cansada, Maddison habría dado lo que fuera para quedarse de aquella manera para siempre.
Con cuidado, trató de girarse, aun con los brazos de Raven aprisionándola ligeramente. La joven se llevó un extremo de la manta al pecho para cubrirse y se movió despacio; lo último que quería era despertarlo, así que, al lograr su cometido, se deleitó unos segundos apreciando el rostro de su compañero, mientras este dormía plácidamente. Notaba su aliento en la mejilla y sonrió de lo guapo que era; incluso se atrevió a acariciar con un dedo el lunar que tenía justo en el extremo del ojo izquierdo.
—Así vas a conseguir hacerme cosquillas.
Maddison dio un respingo cuando Raven le habló aún con los ojos cerrados.
—Siento haberte despertado —se disculpó en un susurro; había cantado victoria demasiado rápido.
Él sonrió y abrió un ojo, divertido.
—Hace rato que estoy despierto —confesó volviendo a mantener ambos ojos cerrados.
Le había estado tomando el pelo, simple y llanamente. Su rostro era relajado; sospechaba que él también sentía la misma paz y aquello la tranquilizaba. En lo más hondo de su ser, temía que se arrepintiera de lo sucedido la noche anterior y las dudas revoloteaban por su mente. «¿Puede echarse atrás? ¿Y si quiere hacer como si nada hubiera pasado?», se había torturado mentalmente.
—¿Puedo hacerte una pregunta? —le preguntó en un murmuro.
Raven asintió sin cambiar el semblante. La joven apretó los labios y seriamente escogió la primera bomba que soltar:
—¿Qué hay entre Arianne y tú?
Se mordió el labio nada más lanzar aquella pregunta. En cuanto la oyó, Raven abrió los ojos, se separó ligeramente de ella y enarcó una ceja.
—¿De verdad me preguntas algo así? —dijo, aparentemente molesto.
Maddison lo contempló confusa, sin entender por qué reaccionaba de aquella manera a algo, que, en su mente, parecía una pregunta lógica. La forma en la que cuidaba de ella y la había protegido, más las declaraciones abiertas de ella, le habían atacado los nervios. «Arianne está convencida de vuestro futuro. Seguro que se ha imaginado uno con muchos niños a su alrededor», pensó. A la joven, personalmente, le dolía pensar en ello.
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La ladrona y el cuervo [Completa✔️]
FantasyLa soledad, la supervivencia y la pobreza convirtieron a Maddison en una hábil ladronzuela capaz de realizar el más sutil, silencioso e inadvertido hurto. Ella no tiene apellido, título, ni padres y aun así consigue alimentar al pequeño Nico, el cua...