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Como siempre pasaba. Su padre era tan impulsivo cuando se enojaba, era tan brusco y violento. La reina lloraba pidiendo que se detuviera liendres sujetaba al menor por los hombros. El príncipe sangraba mientras trataba de mantenerse de pie. Mientras que el rey tenía los nudillos ensangrentados, goteando la sangre de su hijo.

La princesa se encontraba afuera, temblando ligeramente mientras oía el alboroto dentro. Estaba asustada y muy preocupada por el estado del príncipe, a pesar de no estar enamorados, no podía negar que JongWoo sería una buena compañía como su amigo, y no merecía ese tipo de castigo. Era injusto.

Se estaban pasando de la línea.

- ¡Te prohíbo volver a poner un pie fuera del palacio! ¡Casi lo arruinar todo! ¡¿Cuándo será el día en que entiendas tu lugar?!

- Aún es un niño... - Defendió la reina.

- ¡No es cualquier niño! ¡Es el heredero del trono! ¡Cómo se atreve a humillarnos de esta manera!

JongWoo apretó sus puños, tratando de no contestarle, tratando de no decir ni una sola palabra aunque quisiera llenarlo de toda su rabia contenida. Pero sabía que si lo hacía el desquite no sería con él, y probablemente una vida se pierda por su culpa. Tampoco quería que la reina se alterara más, podía ser dañino para el bebé.

Aguantó otro golpe más y se sintió mareado.

- ¡Basta! ¡Si sigues así vas a matarlo! ¡Eres un maldito monstruo! - La reina abrazó al príncipe, haciéndolo tras ella como protección.

JongWoo logró sostener el puño de su padre antes de caer sobre la pobre mujer.

- Eres un maldito cobarde... - Murmuró JongWoo, sujetando la mano de la reina, llevándosela.

- Asegúrate de que no vuelva a salir de su habitación. - Ordenó el rey al nuevo guardaespaldas de su hijo.

Hwan hizo una reverencia, acatando la orden, para ir tras del príncipe.

JiEun se hizo hacia ellos.

- ¡JongWoo, estás herido! - Exclamó la princesa, con preocupación.

- Estoy bien... Ayúdame a llevarla a su habitación.

La reina se veía totalmente preocupada, tenía un aspecto desgastado y el cabello desordenado, se notaba realmente cansada y daba demasiada lástima verla, JongWoo notaba los moretones en su piel bajo su cuello. Sentía ganas de matar a su propio padre.

- Por favor.... recuéstese. - Pidió JongWoo al llegar a los aposentos de la reina.

- Estoy bien... Tú ve a que te curen.

- No se preocupe por mí, estoy bien, esto no es nada.... Usted cuide su salud para que el bebé nazca sano y sin problemas.

La mujer se llevó una mano al abdomen, luciendo algo perdida.

- ¿Seré una buena madre? - Murmuró para sí misma - Ni siquiera pude.... - Paró de hablar, recordando que jamás le había dicho a JongWoo el haber tenido un hijo.

JongWoo se sintió pequeño. Le dolía ver a la madre de MoonJo en ese estado, en esa situación, sabiendo que MoonJo daría lo que fuese con tal de sacarla de allí si la viese.

- Por favor.... Cuídese y viva mucho.... Algún día podrá recuperar la felicidad, lo prometo.... - Murmuró JongWoo.

Quería cumplir esa promesa, más que todas las demás.

Luego de asegurarse de que la reina descansara, salió de la habitación junto a JiEu.

- ¿Te preocupas mucho por ella?

MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora