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Silencio.

La habitación era pequeña, de madera, con unos colores opacos pero bien decorada y bonita. Muy distinta a las de su palacio. Los perros dormían en una esquina de la habitación mientras ellos comían lo que era la cena.

JongWoo bebió su té, sabiendo que el padre de MoonJo lo miraba atento.

- ¿Cómo dijiste que se llamaba? - Preguntó el padre con suavidad.

- JongWoo, es mi esposa. - Bromeó MoonJo.

JongWoo se atragantó y tosió, el padre de MoonJo sonrió.

- No te burles de él, MoonJo - Regañó con una sonrisa su padre -. ¿De dónde vienes, pequeño?

- Soy de la capital.

- ¿De la capital? ¿Y qué haces por aquí?

- Problemas familiares. - Respondió MoonJo por el contrario.

- Oh, entiendo. Necesitas descansar de eso, ¿no? Puedes quedarte. Si eres amigo de MoonJo, estará bien que te quedes - Sonrió -. Aunque dudo que nuestros aposentos se igualen a los de la capital, perdón si no hay mucho que ofrecer.

- No, no se preocupe. Es un buen lugar, es fresco y el paisaje es bonito. Las capitales se van deteriorando por los avances del nuevo mundo y el aumento de mercados.... Este lugar es más pacífico.

El señor mantuvo su sonrisa.

- Pareces tener buenos valores.

- No te creas papá, este mocoso me secuestró anoche.

- ¡Tú...! - JongWoo exclamó con indignación.

El hombre rió.

- Disculpa a mi hijo, es algo espontáneo y hasta pesado.

- Nada de pesado, soy tu felicidad. - Respondió un MoonJo de ego alto.

- Supongo que es parte de su esencia. - Murmuró JongWoo. Para ser sinceros, eso era algo que al príncipe le gustaba. Le atraía.

- Admite que te gusto. - Murmuró MoonJo, como si le hubiese leído la mente.

Las mejillas de JongWoo estaban levemente rosadas, pero mantenía la calma y bebía su té.

- MoonJo, ve a preparar un futon para tu amigo, o dormirás con los perros. - Regañó su papá.

MoonJo suspiró cerrando los ojos y acató las órdenes de su padre.

- Tienes buen aspecto - Halago el padre de MoonJo -. ¿Cuántos años tienes? Te ves tan joven.

- Tengo 19. - Respondió JongWoo.

- Eres un niño aún.

JongWoo asintió. No le molestaba que lo tratase como un pequeño niño. Le gustaba ser tratado como si fuese... una simple persona. Porque eso era.

- ¿Crió a MoonJo usted solo? - Preguntó bajito.

- Si. Yo crié solo a MoonJo desde que cumplió 12 años. Aunque su madre hizo mucha falta.... Aún se le extraña mucho, ¿sabes?

JongWoo pestañeo.

- ¿Cómo.... era ella con MoonJo?

Su padre sonrió.

- Ella arriesgó su propia vida por él. Lo amaba demasiado, creo que me entiendes cuando te digo que él era literalmente una parte de ella. Es un pedacito de ella. No dudó ni un solo segundo en escapar para que él naciera, ni tampoco dudó al entregarse a sí misma para que él creciera.

MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora