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Como dos pequeñas gotas de agua. Caen desde el cielo, descienden desde las oscuras nubes, y caen sobre la tierra volviéndola húmeda, la disuelven y la riegan. Alimentan a las plantas, sus flores, sus tallos. Crecen, sirven, son algo. Existen. Se mezclan, se separan y se evaporan.
Fueron algo. Ya no lo son. Ya no existen.

Desde el arroyo se deslizan las fuerzas de las aguas, chocan y golpean las rocas, saltan y salpican el agua hacia las orillas mojadas. Un venado saborea lo refrescante de la vida.

Y luego muere.

El filo de una flecha atraviesa sus costillas, apenas puede emitir una queja cuando el filo de una hoja le abre la garganta.

Es arrastrado y su pelaje es acariciado. Quien lo caza sonríe y admira la belleza del animal. Procura no dañar sus órganos al abrir su piel, al entrar en él con su arma, lo despelleja, lo desmiembra y se lo lleva.

Así mismo hace con sus víctimas humanas. Casi no las arruina, hace are, crea arte con sus cuerpos, con sus huesos.

Llega a casa con algo de sangre en sus ropas. Saca la carne y la cocina para servirla a su familia.

Se va antes de que le agradezcan, se escabulle por un sendero de tierra y viaja, se alza, vuela.

Abre los ojos y esta cara a cara con una familiar presencia.

- ¿Quién eres? - Interroga con el ceño fruncido.

- No me conoces, pero yo a ti sí, hijo de la luna.

- Hace tiempo alguien no me llama así. ¿Qué buscas aquí? ¿Vienes del palacio?

- Efectivamente.... Alguien de allí quiere verte.

- ¿Alguien?

- Alguien a quien extrañas mucho.

- .....

Silencio, una de las cejas del pálido se alzó.

- ¿Cómo te llamas?

- Mi nombre no es importante.

- No voy a ir.... No sé quién eres y por qué debería confiar en ti.

- ¿Y si son órdenes del rey?

- Pues dile a tu rey que se joda.

El contrario alzó levemente sus cejas.

- ¿Te atreves a insultarlo?

- Oh, y mucho más. No tienes idea....

- Ten cuidado..... Eres alguien preciado, no pongas en riesgo tu lugar....

- ¿Mi lugar? Soy una simple maldición.

- ¿Cómo puedo convencerte de venir?

- JongWoo.

- ¿JongWoo?

- ¿Conoces a alguien con ese nombre?

Silencio, el contrario suspiró y asintió.

- Lo conozco bastante bien..

- ¿Son cercanos?

- Mi vida le pertenece.

MoonJo desvió la mirada ligeramente.

- Sólo si él viene por mí, entonces iré.

- ¿Cómo puedo confiar en que eso es cierto?

- Porque mi vida también le pertenece a él.

Otro corto silencio, el contrario hizo sus telas alzarse al voltearse.

MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora