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- MyeonGwol y GungSan ascendieron al cielo para convertirse en el sol y la luna. Iluminando así el día y la noche, teniendo al menos un momento para volver a encontrarse. Eternamente.

La joven lo miró atenta a su historia. A su lado tenía a su guardaespaldas, ahora solo mejor amiga, pues su reino había desaparecido.

- ¿Los eclipses entonces son un acto de amor? - Cuestionó la señorita.

- Uno de unión. - Explicó el rey.

- ¿Qué pasará conmigo? ¿Con nosotras? Ya no soy princesa y estoy invadiendo su reino.

- No invades a nadie. Eres mi huésped.

- Dicen que somos intrusos.

- Son solo niñas, acaban de perder su reino y no tienen a dónde ir, las estoy cuidando hasta que tu padre dé señales.

- Quizás está muerto.

- Los reinos pequeños cada vez desaparecen más. La mayoría son por negociación más que por guerra. No te preocupes. Probablemente aún siga con vida.

- En estos tiempos la muerte está de moda.

- La muerte es una parte de la vida, es inevitable. Pero la guerra si se puede dejar en alto - Sirvió té para las niñas -. No se sientan alarmados ni incómodas. Este es su hogar por ahora.

- Gracias, su majestad. - Ambas agradecieron.

JongWoo se levantó, despidiéndose con una pequeña sonrisa para luego retirarse.

Al salir, se encontró con Hwan en el pasillo.

- Las disputas están incrementando... - Avisó.

- ¿De qué trata?

- De ti, JongWoo.

El rey frunció el ceño y luego se mordió el labio.

- ¿Siguen con el plan de destituirme?

- No sólo dentro del palacio. Se han esparcido rumores que han hecho que la gente afuera del palacio esté en tu contra. Las ideas se están reforzando, JongWoo.

- ¿Es por el hijo de la luna?

- ... Eso creo.

- No entiendo por qué causan tanto revuelo con ese hombre. ¿Qué mal ha hecho?

- La luna está manchada, su majestad.

Ambos se voltearon al oír la voz rasposa de Hong NamBok.

- ¿Ahora qué? - Cuestionó JongWoo.

- Una maldición es una cosa seria. La vida de ese hombre es una condena, y usted lo dejó ir, ¿sabe lo que significa, no? Nos condenó a todos. Eso se refleja en el aumento de las desapariciones de los reinos.

- Eso no significa nada.

- ¿No? La luna es inestable, y pronto estará manchada en sangre. Es tu deber velar por el bien común de tu gente. Pero la estas dejando morir.

- Estoy buscando soluciones mientras tú te sientas a oír al viento hablar. - JongWoo se hizo hacia él, irritado.

- El viento habla, joven rey. Y empiezo a oír que los latidos de tu corazón fluyen en otra dirección. Te perdiste en el camino equivocado.

- Estoy en el camino correcto.

- Eso quieres creer para no dejar fluir el miedo de sentirte perdido y no hayar tu hogar.

- Cállate.

- No mereces ser rey, maldito asesino...

Hwan se sobresaltó al presenciar la fuerte golpiza que depositó JongWoo sobre el secretario real, el cuerpo débil del tutor cayó al suelo y sobre él propinaron más golpes de parte del monarca.

MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora