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Tal como los pétalos de cerezo volando por el cielo. Así de ligero, así de fresca como la brisa se sentía aquella muchacha de 23 años. Aunque los nervios la llevaban a morderse el labio una y otra vez, porque, Luna santísima, tenía una belleza en frente, una belleza que no la soltaba, que la llenaba de halagos y encantos.

- Me gustaría que te quedases conmigo, que seas una de mis damas. Porque realmente quiero tenerte. - Aquellos comentarios la hacían resaltarse, porque, ¿de qué modo hablaba?, ¿en qué sentido?

- Ah... ¿Tenerme? ¿Para qué?

- Ya te lo dije - Rió de manera encantadora -. Tú me gustas.

- ¿Gustar?

- Si, como cuando vez una flor y la tomas. Eres bonita y me gustaría tenerte.

- Ah...

- Pero, claro, sólo si tu aceptas te haría parte de mi palacio.

- Oh....

- ¿Te gustaría vivir en el palacio? Usarías la ropa que quieras, y nadie te trataría como sirvienta porque serás parte de mi propiedad. Aunque eso tampoco significa que te trataré como un objeto aunque la palabra "mía" puede sonar fea.

JungHwa sintió sus mejillas arder, esta princesa espontanea y algo descarada, la hacia sentir tantas cosas raras.

- Uh... Lo siento... su majestad, pero.... tengo responsabilidades.

- ¿Responsabilidades?

- No puedo irme. Tengo que quedarme y hacer mi trabajo....

JungHwa aunque quisiera, no podía abandonar a su querida madre por una vida de lujos, era egoísta.

- Oh... - JiEun se vio decepcionada - Es una lástima.... Porque puede que no nos volvamos a ver... - Frunció sus labios - Aunque... ¿Podrías pasar esta noche conmigo?

Ahora si que JungHwa se sentía realmente confundida, incluso deseaba ser su hermano o un chico real para convertirse en el príncipe de este ángel, que injusta es la vida. Pero oh.... no podia sentir estas cosas, y no solo por el hecho de ser dos chicas mujeres en una época tan reservada si no porque, ella era una simple niñita pobre de un valle no ubicado reemplazando la vida de su hermano muerto, y la otra era la princesa de toda una dinastía, destinada a unirse a alguien de hueso verdadero.

- ¿Por qué querría eso... s-su alteza?

- Porque nunca he salido con nadie.

¡¿Por qué utilizaba ese tipo de palabras?! ¡Se pueden interpretar de tantas formas!

- ¿Intenta utilizarme?

- Claro que no - Se vio indignada -. Trató de ser quien siempre quise ser. Es primera vez que soy sincera con alguien, sólo me gustaría tener a alguien en quien confiar.... una amiga tal vez.

Así que eso era. JungHwa sonrió.

- ¿Las princesas no tienen muchas amigas?

- Eso es un mito.... No tengo muchos amigos, pero estoy obligada a relacionarme con gente, incluso obligada a casarme con un hombre para preservar la sangre real y traer un hijo.

- La vida es injusta.

- Lo es.

- ¿Qué le gustaría hacer esta noche?

- Quiero olvidar que soy una princesa con un destino tan desafortunado.

Quizás JiEun y JongWoo tenían muchas cosas en común como para poder unirse en matrimonio. Pero claramente sus gustos eran totalmente diferentes y sin darse cuenta habían hallado a su amor destinado, pero claramente la historia y los hechos no serían como ellos deseaban, porque por más que se rece a una deidad, el destino, sea como sea, ya fue escrito desde un inicio, y no todas las posibilidades se escribieron para acabar satisfactoriamente.

MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora