Moonlight

20

MoonJo miraba atento y curioso los cabellos que se meneaban del más pequeño mientras lo veía tallar madera de un arco.

- ¿La hiciste tú? - Preguntó el mayor.

El menor alzó la mirada encontrándose a MoonJo en el marco de la entrada de su habitación. Asintió sin decir ni una palabra.

- Está genial.... - Miró las figuras de madera esparcidas por su habitación, se adentró y agachó frente a él, tomando algunas - ¿Este es un perro?

El menor asintió. MoonJo hizo sus labios una línea.

- Me llamo MoonJo.

- GiHyeok.... - Murmuró bajito.

- Soy tu hermano mayor.

GiHyeok lo miró y luego desvió la mirada. MoonJo sonrió.

- Yo creo armas...

- ¿Armas? ¿Qué tipo de armas?

- ¿Quieres verlas?

GiHyeok asintió y MoonJo lo ayudó a levantarse para guiarlo a su habitación y mostrarle toda su colección de armas hechas a mano.

- ¡Oh, son geniales! - Opinó el menor - ¿Para qué las usas?

- Matar.

GiHyeok arrugó la nariz.

- ¿Gente? - Se burló.

MoonJo rodó los ojos.

- Puede ser.

GiHyeok rió.

- En el palacio tengo otro hermano.

- ¿Es el rey?

- Sí. Él también es genial, siempre cuidó a mamá.

- ¿De verdad?

- Mató al antiguo rey para salvarla, pero mamá se entregó para salvar a mi hermano.

MoonJo se quedó callado, reflexionando.

- ¿Te gustaba vivir en el palacio?

- Lo único bueno allí era SeokYoon. Mi hermano también es genial pero... es algo... No sé, a veces es muy estricto. Muy riguroso... puede que sea por el asesino suelto....

MoonJo asintió despacio.

- Entiendo.

- ¿Sabías que hay un asesino en el reino? Ha matado mucha gente, es triste ver a sus familias llorar.

MoonJo hizo una mueca y desvió la mirada.

- La muerte es inevitable.

- Es evitable si se trata de un asesino. Mi hermano quiere asesinarlo con sus propias manos.

- ¿Crees que lo logre?

- Sí.

- Ya veremos qué pasa.

- Suenas como si estuvieses del lado del asesino.

MoonJo rió despacio, GiHyeok siguió admirando las cosas de MoonJo.

- ¿Qué piensas tú del palacio? Digo, intentaron matarte por años...

- Siéndote sincero, aún siento algo de rencor...

- No te culpo... Tampoco fue lindo para mí tener a mamá encerrada...

MoonJo desordenó su cabello.

- Me agradas, enano.

- Fui un príncipe hace unas horas, nadie me había llamado enano.

- Principe o no, eres una persona y yo soy tu hermano mayor, puedo ponerte apodos.

GiHyeok gruñó y MoonJo sonrió con ternura. Cayendo inmediatamente encariñado con el menor, volviendo a ordenar su cabello con cierto cariño.

- Principito. - Apodó cariñosamente.

GiHyeok apuntó amenazante con un arma a MoonJo, quien sólo le sonreía con amor. No le gustaban mucho los niños, pero éste era hijo de su mamá y además era adorable.

Areum descansaba en su lecho mientras el amor de su vida la cuidaba y alimentaba. Estaba enferma, gravemente. No había mucha medicina pero él podía conseguir lo que podía para mantenerla fuerte, aunque de todas formas ella ya era fuerte.

- ¿Sabes? Después de volver a casa y ver a toda mi familia unida... siento que puedo morir en paz...

- Apenas llegaste... no digas que te vas de nuevo...

- ¿Me extrañaste?

- Lo hice...

- ¿Sabías que MoonJo está enamorado?

- Lo sabía.

- ¿Lo conoces?

- Hace años vino a quedarse por un tiempo... Hubieras visto la forma en la que se miraban...

- La historia se repite... - Sonrió ella con tristeza - Un amor prohibido... No dejes que se repita... No quiero que MoonJo sufra... que ninguno de los dos... - Tosió.

El hombre la acomodó con cuidado, protegiéndola.

- Shh... Yo me encargo... MoonJo va a estar bien...

- Eres un hombre increíble... - Ella acarició sus mejillas - Te amo.

- Y yo a ti. - Besó su cabeza con amor.

- ¿Sabes? - El la miró atento, notando sus cansados ojos cerrarse - Me hubiese gustado haber vivido mi vida a tu lado...

- Probablemente no estuvimos juntos... pero yo siempre te tuve conmigo. Estabas ahí entre las cenizas, en las gotas de lluvia, incluso en las lágrimas... siempre fuiste la razón de que mi corazón siguiera funcionando. Fuiste mi vida.

Ella sonrió, intentando mirarlo una última vez.

- Ha pasado bastante tiempo... y aún puedo reconocer que eres aquel hombre del que me enamoré...

- Tú sigues tan hermosa como el día que te conocí.

Ella rió débilmente.

- Te golpeé creyendo que eras un ladrón.

- Amor a primer golpe.

Ella se aferró a su pecho, oyendo sus latidos, manteniendo en su rostro pálido una dulce y sincera sonrisa, disfrutando aquellos brazos que anhelo eternamente.

Descansando en ellos. Durmiéndose una última vez para no volver a abrir los ojos.

[🌸]