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Fue una tarde fatídica, cuando una vez, nuestra joven JungHwa de 26 años de edad, estando en el mercado con las típicas ropas de su hermano, unos malditos soldados la tomaron desprevenida.

La arrastaron y ahogaron sus gritos.

- ¿Por qué una chica tiene que vestirse de esa manera? ¿De verdad te crees un hombre?

- ¿Sabes como se vería mejor? Sin esas ropas.... Mejor quitáselas.

Por más que pataleara y gritara por ayuda y piedad. Todos negaban la ayuda e ignoraban lo que pasaba en lo oscuro de la calle entre dos casas en el fondo. Hubieron golpes, insultos, la discriminaron y degradaron. Le quitaron su honor y dignidad, y entre jalones la dejaron a afueras del reino con sus ropas rotas, herida y ensangrentada. Nadie quiso ayudarla.

Y en vez de sentir al menos algo de lástima u empatia, la juzgaron por ser conocida como aquella rara que vestía como un caballero. Odiaban a los hombres afeminados y las chicas masculinas. Aún sin saber las verdaderas razones detrás de aquello.

Incluso JungHwa comenzaba a odiarse.

Sus pies fueron arrastrados por el bosque hasta llegar a su pueblo, hasta llegar con su madre, para recibir como siempre, miles de insultos y una nueva humillación.

MoonJo salió de su hogar al escuchar los gritos de la mamá de JungHwa, él y su padre se sintieron consternados al ver la apariencia de la pobre JungHwa que se cubría a sí misma, mientras su pobre ida y enferma madre le gritaba cosas hirientes.

La gente y los jóvenes del lugar comenzaban a presentarse y murmurar cosas. Ante esto, MoonJo corrió hacia su amiga y cubriéndola con sus propias ropas, la llevó dentro de su casa, donde su padre ayudó.

- ¡No quiero que vuelvas! - Le gritó su madre - ¡Eres una asquerosa!

El padre se quedó afuera para ir a calmar a la contraria.

MoonJo se adentró con su amiga en llanto, trató de consolarla, pero esta simplemente lo alejó y se echó al suelo a llorar.

- ¿Por qué tiene que ser mi culpa? - Preguntó entre lágrimas - ¡Nadie hizo nada! ¡Sólo hablaban de mi ropa! ¡De la maldita ropa de mi hermano muerto! ¡Incluso un muerto me trae problemas!

- JungHwa.... - Intentó acercarse.

- ¡Si tú hubieses muerto, mi hermano y los demás estarían con vida! ¡Yo hubiese tenido una vida normal!

Hubo un corto silencio, MoonJo agachó la mirada, JungHwa reaccionó ante sus propias palabras.

- MoonJo.... Perdón, yo...

- ¿Quién te hizo esto? - MoonJo alzó su mirada hacia ella.

Ella sollozó.

- Fueron unos guardias.... del palacio..... Estaba en el mercado.... Yo...

- No es tu culpa.... - Habló con voz suave - No te sientas así.... No es culpa tuya, ni siquiera los conocías.... La gente es muy cruel.

- La gente aquí dirá cosas....

- No importa.... podemos irnos lejos.... puedes vivir aquí con nosotros. Papá te quiere mucho.

JungHwa sollozó.

- Perdón por lo que dije.... No era lo que quería decir...

- No te disculpes.... De todas formas... es cierto. Incluso yo hice que descubrieran a mamá..... Todo es mi culpa. Yo soy quien debería sufrir, no tú. Ahora ve a lavarte.

- MoonJo....

- Ve... Yo me haré cargo del resto.

Salió al ver a su amiga entrar a los baños. Vio como la gente murmuraba sobre la deshonra, sobre la lástima y el debate de la culpa. Pero sobre todo, había quienes se preocupaban de algo tan absurdo como el matrimonio.

MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora