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Las hojas hacían un ruido crujiente al ser pisadas por entre los árboles. GiHyeok caminaba a un lado de su hermano, llevando una bolsita con sus cosas. Su corazón latía emocionado.

- Recuerda que siempre vas a ser mi hermano..... Así que no dejes que nada ni nadie te desprecie. - Dijo JongWoo.

El menor asintió con la cabeza.

JongWoo sujetó sus hombros, llegando a la pequeña aldea de muy pocas personas, algunas los miraron llegar. JongWoo se dirigió al Hanok de MoonJo y golpeó con seguridad.

Quien abrió fue el señor Seo, quien se le quedó mirando con cierta sorpresa.

- Eres.... JongWoo... - Miró al niño a su lado, mismo que se notaba nervioso.

- Hola, señor Seo.... Ha pasado un tiempo.... - Intentó sonreír, también estaba nervioso aunque no se notara.

El hombre los invitó a pasar y JongWoo notó que hacia falta la presencia de MoonJo, lo que lo alivió un poco.

- Ahora mismo sólo estamos mi esposa y yo en casa.... Agradezco que la hayas liberado.... - Caminaron a la habitación de la mujer, quien estaba reposando en su futón - Está un poco enferma.

- Mamá... - GiHyeok se adentró a la habitación.

La mujer se volteó a mirarlo al oír su voz y su rostro resplandeció en una sonrisa.

- ¡Gigi! ¡Mi bebé! - Alzó sus brazos.

GiHyeok se agachó y reposó su cabeza en su pecho, abrazándola con mucho amor.

- Voy a quedarme contigo así que yo cuidaré de ti.... - Murmuró.

- Mi pequeño.... - Ella acarició sus cabellos.

El hombre suspiró, y JongWoo lo miró.

- Es hijo de quien la mantuvo cautiva..... Pero no es culpa del niño...

- Lo sé. Cuidaremos bien de él. - Sonrió.

JongWoo asintió y volvió sus pasos, despidiéndose. El hombre fue tras él y tomando con cuidado su brazo le susurró al oído.

- MoonJo está en el arroyo..... Por sí quieres pasar a verlo.....

JongWoo se giró hacia el hombre y su corazón palpitó con fuerza, sólo asintió torpemente y se despidió de nuevo, saliendo del Hanok, ditigiendo inconscientemente sus pasos hacia el lugar secreto de MoonJo. Por un lado quería salir corriendo lejos, más que volver al palacio, huir a donde sea y olvidar todo. Y otra parte de él, deseaba volver a ver y sentir a su alma enlazada.

Sus pasos se detuvieron cuando su atónita mirada contemplaba la espalda desnuda en la que se deslizaba una cabellera negra en el agua a la luz de la luna. Tragó saliva y pensó irse de regreso al palacio.

Pero al contrario, se acercó, con unas ganas inmensas de ver su rostro.

Se detuvo nuevamente cuando lo vio voltearse despacio. De pronto ambos tuvieron contacto visual, y para ambos el mundo se sintió detenerse, sus corazones parecieron salirse de sus pechos, y sentían que ya no respiraban.

JongWoo sintió rabia, tristeza, absolutamente de todo. Estaba tan agobiado en este momento que ya no sabía qué mierda hacer. Estaba tan estresado y su personalidad había cambiado tanto, todas las promesas y visiones que tenía para si mismo fueron desechadas y se siente totalmente decepcionado de sí mismo. Está harto de vivir una vida con tantas condiciones, con tantas posibilidades que tienen que estar a su responsabilidad, tener que hacer sufrir a mucha gente para un sacrificio necesario.

Quería llorar. Sus ojos cristalinos lo demostraban.

MoonJo se volteó en el agua, mirando fijamente y con atención al contrario.

MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora