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Es poco probable, o a veces muy probable. Quizás ni siquiera se trate de probabilidades y casualidades. Quizás el destino existe. Quizás todo lo que sucede está escrito a pasar. Debe pasar de alguna u otra forma sin salida ni opción de cambiar.

La muerte es una prueba de eso, porque hagas lo que hagas en tu vida, morirás. Tarde o temprano, inesperadamente. Vas a morir. Todos mueren y es absolutamente inevitable. Ya sea una vida corta o larga, el destino será el mismo, para todo y todos.

Quizás es muy pronto para decirlo, debido a la época, debido a la fecha, pero en ese momento parecía acercarse el fin del mundo.

El rey estaba totalmente empapado en sangre, era blanco de críticas y juzgado como un criminal, en el resto de las naciones, la guerra desaparecía cada vez más rápido cada reino, la sangre se alzaba hasta por los cielos.

JiEun sujetaba la mano de SeokYoon mientras huían por el bosque junto con una JungHwa armada protegiéndolos.

Silla había sido alcanzada por la muerte, y no podían quedarse y arriesgar el futuro de su nación. SeokYoon era la esperanza y perderlo los dejaría sin nada.

El imperio caía cada vez más rápido. Pronto ya no quedaría nada.

MoonJo peinaba el cabello de su hermano. Ambos ya huérfanos, no hace falta entrar en detalles, simplemente ya no había mamá o papá, ni tampoco estaban los perros. Todos se habían ido, lo único que quedaba eran ellos dos y sus lazos de sangre, mismo que sin saber el pálido, unían a su pequeño hermano con el destino de la luna.

¿Por qué a veces la luna suele ser tan inestablemente perfecta?

Las manos de MoonJo se detuvieron entre medio de los cabellos negros de su hermanito. Sus ojos se habían abierto de más, estaba algo consternado, sus labios temblaron e intentó recomponerse.

- ¿C-Cómo... Cómo dijiste que se llama tu hermano...?

~🌸~


- ¡Ha vuelto a morir gente, su alteza!

- ¡Esta vez los cadáveres aparecieron esta mañana entre las calles! ¡La gente está atemorizada!

- ¡Qué planea hacer! ¡El imperio de Goguryeo caerá como el resto!

- ¡Nos hará desaparecer!

- Pues desaparezcan, maldita sea... - Murmuró el rey.

Entonces se hizo silencio en la sala, los ministros miraron al rey, estupefactos por sus palabras.

- ¿Cómo dijo, señor?

- Desaparezcan. Mueranse. ¿A quién le importa un maldito reino? La gente muere y nadie puede hacer nada por ellos... ¿Alguna mejor idea que destituirme? ¿Alguien cree a caso que podría hacer un mejor trabajo que yo? Pueden hablar, lo puedo reconsiderar. Nunca quise ser un rey.

- ¡¿Qué está diciendo?! - El caoz regresó.

JongWoo se frotó la frente con sus dedos.

- ¡Es usted una vergüenza!

- ¡No merece ser nuestro rey!

- ¡Jamás debió llegar al trono, asesino!

- Sí, sí, yo soy el asesino... - JongWoo frunció sus labios - Pero mi padre fue perfecto... ¿No? - Se levantó - ¿Debería ser como él entonces? Amenazarlos a todos ustedes con arrebatarles sus puestos, sus familias, su jerarquías, sus hogares... incluso sus propias e insignificantes vidas... ¿Porque de qué más me han servido más que para fastidiarme? - Sacó una espada - De todas formas... ¿No soy un asesino?

MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora