Le extendió la bolsa para que vaya a cambiarse.
Alexa revisó el contenido, y quedó tiesa.
¿En serio tengo que ponerme esto?
Con las mejillas rojas, pensó en algo... Tal vez decirle todos sus defectos podría hacer que se le quite el interés, se arrepienta y la deje ir.
—No puedo usar esto... no te gustará lo que veras —murmuró.
Leonardo ladeó la cabeza.
—Y... ¿se puede saber por qué? No veo por qué no pueda gustarme —respondió con calma.
—No tengo buena figura, estoy gorda. —Leonardo levantó una ceja—. Tengo estrías... y-y... celulitis también —eso lo dijo con más vergüenza.
Leonardo soltó una risa nasal.
—¿Pensaste que al decirme eso te dejaría el camino libre? —Alexa esperaba que sí, pero—. Eso no es razón para que me desagrade. De hecho, lo hace más divertido e interesante —mencionó, acercándose más—. Tus estrías... —dijo, haciendo entre comillas con sus dedos—, solo demuestran que haz crecido más. Es normal, eres joven, tu cuerpo cambia, no le veo el problema, y la celulitis, como tú lo dices, no me importa, no es algo del otro mundo. En cuando a lo que tú defines como gorda... yo no lo diría así.
—¿Q-qué?
—Digo, que yo lo veo de otra forma. Lo que yo veo... es más extensión de piel —dijo en un susurro—, más rincones para recorrer, más lugares... con las cuales podre jugar. Así que no hay excusas para mí, ve a cambiarte.
Con la cara como tomate, se adentró al baño de la habitación y se cambió.
¿Cómo es que piensa que me verá bien así?
Con un quejido lastimero, salió del baño con la vista gacha, no podía mirarlo por la vergüenza, se quedó frente a la puerta del baño, esperando una orden, una burla, insulto o algo, lo que sea.
Mientras tanto, Leonardo estaba sentado a la orilla de la cama, mirando la correa en sus manos, levantó la vista, y tuvo que tragar duro... Le quedaba mejor de lo que esperaba.
La corta falda negra dejaba a la vista sus piernas, los gruesos y regordetes muslos, apresados por medias de encaje del mismo color. Se veían tan suaves. Más arriba se encontró con el crop top negro, descubriendo la suave curvatura de su cintura junto a las caderas anchas, remarcando su curvilínea figura. Era rellenita, y no la encontraba para nada desagradable.
Más arriba vio el choker de cuero, y su rostro con las mejillas sonrojadas. Era tierno ver como mantenía la cabeza gacha con sus mejillas rojas y abultadas, dándole una apariencia inocente e infantil, pero pensaba cambiar esa expresión avergonzada a una llena de lujuria, convertirla en un desastre. Quería ver que tanto resistiría a la tentación.
Al ver que Alexa no se movía, decidió levantarse y acercarse a ella despacio, la tomó del mentón, levantado su rostro. Viendo que sus ojos miraban abajo, habló:
—Mírame —dijo con voz grave y ronca—. Mírame, ahora. —Repitió impaciente.
Temblorosamente, ella levantó la vista, mirando esos ojos verdes que se volvían cada vez más oscuros. Leonardo le sonrió con picardia.
—Sdraiati sul letto. —Alexa no entendió nada a lo que la atrajo a su cuerpo y la llevó a la cama, acostándola con brusquedad, Alexa se removió nerviosa, pero una mano en su cuello la detuvo—. Non si mouva. —Uniendo las manos de Alexa, las ató con la correa sobre su pecho, y se acercó a su rostro—. No tienes idea de lo sexy que te ves de esta forma... —Alexa se mantuvo callada hasta que soltó un gritito cuando Leonardo se alejó y la tiró de los tobillos para acercarla a la orilla de la cama.
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RETORCIDO CAPRICHO (Ese Es El Trato 1)
RandomPRIMER LIBRO DE LA SAGA (ESE ES EL TRATO) 1 - Retorcido Capricho. 2 - ... 3 - ... 4 - ... 5 - ... Al principio solo sería un solo libro, pero luego me llovió las ideas y no pide contenerme para hacer más. Espero que puedan disfrutarlo Alexa Doria...