RETORCIDO CAPRICHO (Ese Es El Trato 1)

20

Derek tomó la presión de Alexa, y después suspiró mirando a Leonardo.

Le divertía ver como este se mostraba tan nervioso,"exagerado y dramático" pensó.

—Cálmate... Está bien, su presión bajó debido a que no ha comido nada, y aún asi devolvió. No es grave... éstas exagerando las cosas. —Derek rodó los ojos—. No me imagino lo sobreprotector que serás cuando nazca tu hijo...

—Es mi trabajo cuidar de ellos. —Leonardo acarició la mano de la menor—. No puedo evitar preocuparme... siento que algo puede pasar —dijo mirando otra vez a Derek.

—Entiendo tu preocupación... yo también estaba así cuando mi esposa esperaba a mi hijo —sonrió ante el recuerdo—. Los sobre protegía de todo... pero luego entendí que solo estaba siendo paranoico. Tú deberías de hacer lo mismo, no te compliques tanto. —Agarró sus cosas y se acercó a la puerta—. Despertará en cualquier momento, cuando lo haga, dale algo dulce para que pueda restablecer su presión arterial.

Alexa se removió, abriendo los ojos con pereza. Lo primero que vio, fueron los ojos brillantes de Leonardo.

—¿Q-qué paso...? —dijo apenas en un susurro.

—Te desmayaste después haber devuelto —explicó, ayudándola a sentarse y apoyarse sobre la cabecera de la cama.

—Ugh... la... la rubia —recordó lo que dijo y volvió a hacer una mueca de asco—. ¿Ustedes de verdad hicieron algo en la cocina? —preguntó con tono de asco.

Leonardo carraspeo incómodo, y asintió con la cabeza, es mejor ser sincero.

—Oh, Dios... esto es asqueroso... Eww, ¿cómo se les ocurre hacerlo en la cocina? Cochinos —reprendió Alexa, dándole un golpe en el brazo—. Yo entré a esa cocina por algo de comer... y me entero que ustedes... —se tapó la boca por las nauseas.

—E-eso fue hace mucho. Ya no es importante, olvídalo, ¿sí? —miró preocupado a la menor al ver sus ojos llorosos y con una mueca.

—Ella fue tu amante, ¿verdad...? —Leonardo asintió despacio—. ¿Por cuanto tiempo?

—Fue por dos meses... dos meses antes... de hacer el trato contigo. —Alexa puso una expresión algo triste—. Pero nunca significó nada para mí.

—Supongo que tuviste muchos amantes anteriores a mi, ¿no es así? —él bajó la mirada avergonzado. Alexa sonrió y le dio un pequeño zape en la cabeza—. Ya no importa... fueron anteriores a mí. Ahora estoy yo, y nadie más puede ser tu amante, ¿me escuchaste? —Se apunto a sí misma con su dedo—. Yo seré tu novia, esposa y amante al mismo tiempo. Ni se te ocurra querer tener a alguien más, pedazo de idiota, porque te castro.

Leonardo sonriósombriamente.

—¿Te he dicho lo sexy que te ves cuando me tratas mal? —Ella soltó una carcajada, divertida por las palabras del italiano.

Este sonrió embobado también.

—Oye, tengo hambre, ¿Ne traes algo de comer, por favor? —pidió con un leve puchero, que Leonardo no dudo en besar, haciéndola sonreír.

—Claro, bebé —dijo sobre sus labios para después levantarse e ir por su pedido.

Leonardo volvió con su bendito pastel y un vaso de leche. Sus ojos brillaron de emoción y eso divirtió a Leonardo.

Comió su pastelito con ganas. Fue bueno que haya ordenado preparar el pastel. Vio como se ensuciaba las comisuras de sus labios con el chocolate.

—Come más despacio. Te estás ensuciando, pareces un bebé —dijo limpiando los labios ajenos con su pulgar, y después llevárselo a su boca, degustando del sabor chocolate.