"¿Por qué no me tenéis miedo?
¿Por qué os preocupáis por mí?"
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Una niña entrenada para matar desde que nació es enviada en una misión para derrotar a los Volturi, pero no se atreve a h...
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El suelo se sentía helado bajo los pies de Sienna, se sentía como si estuviera pisando hielo.
El pasillo estaba frío en general, y no ayudaba que solo llevara un camisón de seda fino que no le proporcionaba calor.
Ella echa un vistazo a Marcus y luego recuerda que todavía estaba sosteniendo su mano, libera su cálida mano de la de él y la deja caer a su lado, apartando la mirada de él.
Caminan un poco más hasta que llegan a un gran tramo de escaleras. Conducía a lo que parecía ser una sala de estar, había lujosos sofás y sillas de cuero, una chimenea y ventanas altas que daban a la pequeña ciudad de abajo. Dado que estaba ubicado en una guarida de vampiros, extrañamente tenía un ambiente acogedor.
Marcus y Sienna bajan las escaleras y entran en la habitación, ella se vuelve hacia él, "Entonces, ¿dónde están los otros dos?" Ella pregunta, sus ojos escaneando la habitación.
"Deberían llegar pronto". Y, después de que Marcus dice eso, como si fuera una señal, una puerta en la parte trasera de la habitación se abre, Aro y Caius caminan a través de ellos.
Caius mira fijamente mientras se sienta en uno de los sofás. Sienna le devuelve la mirada, él levanta la barbilla obstinadamente.
Aro le sonríe, lo que solo le trae recuerdos de lo que hizo hace solo unas horas, todavía sintiéndose culpable.
Un pesado silencio llena rápidamente la habitación y Sienna se siente incómoda, juguetea con la manga de su camisón y mira al suelo.
Marcus se aclara la garganta, "Ella tiene algunas preguntas para nosotros, hermanos".
"¿Tiene preguntas para nosotros?" Caius se burla groseramente.
Sienna levanta la cabeza y frunce el rostro ante su descortesía. No es que no se lo mereciera.
"¿No es ella la que irrumpió en nuestra casa, mató a nuestra recepcionista y casi decapitó a Aro?" pregunta con fervor.
Sienna vuelve a mirar al suelo, su cabello rojo cae sobre su rostro. Ella suelta un suspiro. Seguía recordando lo que había hecho y odiaba sentirse culpable por ello. Era una sensación extraña que rara vez sentía.
Si no estuviera atormentada por la culpa que sentía mientras sostenía a Aro, entonces podría haber estado camino a casa en este momento. Pero lamentablemente no lo estaba y no tenía ni idea de cuándo volvería a casa.
"Oh, eso está muy lejos en el pasado, Caius. Si tiene preguntas, responderemos". Aro dice con mucho entusiasmo.
"¿Lejos en el pasado?" Caius cita a Aro, "¡Fue hace unas horas!"
Aro se encoge de hombros, "No soy de los que guardan rencor".
Caius lo mira fijamente, estupefacto por la rapidez con la que Aro perdonó a la chica, incluso si ella era su alma gemela, era increíble.
