"¿Por qué no me tenéis miedo?
¿Por qué os preocupáis por mí?"
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Una niña entrenada para matar desde que nació es enviada en una misión para derrotar a los Volturi, pero no se atreve a h...
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DOS SEMANAS DESPUÉS.
Sienna se mira en el espejo de su baño, con los ojos recorriendo cada pulgada de su cuerpo.
Los moretones salpican su piel, algunos verdes y otros de color morado oscuro. Le duelen los músculos y sus ojos tienen bolsas prominentes debajo de ellos. Ella no ha entrenado así durante meses, por lo que saltar de nuevo le ha pasado factura.
Sin embargo, nota que sus músculos están más definidos ahora, al igual que antes de irse a Volterra por primera vez.
Con un suspiro, se pasa los dedos por el cabello mojado y luego se viste rápidamente. Se despertó un poco tarde y apenas tuvo tiempo de arreglarse, pero logró al menos darse una ducha.
Se apresura a salir del baño a su habitación y al pasillo. Atraviesa los pasillos y baja las escaleras hasta la sala de entrenamiento, donde Shane espera su llegada con impaciencia.
Cuando se apresura a entrar en la sala de entrenamiento, lo ve y se detiene. "Llegas tarde." Dice Shane, cruzando los brazos sobre el pecho.
Siena asiente. "Lo siento. Me desperté tarde, señor".
"Desde que regresaste has sido descuidada". Shane dice, entrecerrando los ojos hacia Sienna.
Sienna no sabe qué decir, así que se queda en silencio y asiente con la cabeza.
"Antes de que comiences tu entrenamiento de hoy, quiero que conozcas a algunas personas". Una sonrisa calculadora aparece en sus labios. "Athenodora y Sulpicia".
Sienna levanta las cejas ante los nombres y sus ojos se abren como platos cuando dos mujeres entran en la sala de entrenamiento, inconscientemente vampiros. Están vestidas con bastante elegancia y sobresalen como un pulgar dolorido dentro del cuarto oscuro.
Sienna encuentra extraña la cantidad de vampiros que trabajan con Shane: él hizo que fuera un gran problema odiarlos, pero aquí está. Sienna le preguntaría al hombre por qué estaba trabajando con ellos, pero ella lo sabe mejor.
Las mujeres se deslizan hasta detenerse junto a Shane, sus ojos rojos queman el rostro de Sienna con una cantidad atroz de escrutinio, Sienna se mueve incómoda bajo sus miradas.
"Las antiguas reinas de los Volturi". dice Shane, haciendo que Sienna fije sus ojos en su dirección, siente que su corazón se desploma ante sus palabras. Christopher le dijo que las ex reinas sabían su nombre, que eran la razón por la que Shane sabía que todavía estaba viva y, sinceramente, la asustaban de alguna manera; sus agudos ojos no contienen nada más que odio cada vez que ella los mira.
"Oh." Sienna reacciona secamente, tratando de mantener la compostura.
"Sí, ¿cómo están nuestros maridos, querida?" Athenodora pregunta sin una pizca de amabilidad en su tono.
Sienna siente una punzada de dolor en el corazón: ha intentado no pensar en los reyes, pero es un poco difícil cuando alguien pregunta directamente por ellos. Mantiene el tono y la cara firmes mientras responde: "No lo sé, no los he visto en semanas, afortunadamente". Ella tiene que continuar con el acto de fingir que se vio obligada a permanecer dentro de los Volturi y, aunque duele hacerlo, no debe dejar que la historia se tambalee.
