"¿Por qué no me tenéis miedo?
¿Por qué os preocupáis por mí?"
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Una niña entrenada para matar desde que nació es enviada en una misión para derrotar a los Volturi, pero no se atreve a h...
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NARRA SIENNA.
"Será mejor que no me quemes con eso." Le advierto a Heidi, que sostiene un rizador caliente en la mano.
"¿No confías en mí? Yo nunca te quemaría".
La miro a través del espejo de mi baño, "Confío en ti, pero no cuando estás empuñando una pieza de metal caliente que podría quemarme fácilmente".
Ella me ignora y agarra un mechón de mi cabello, lo envuelve alrededor de la barra y lo riza hacia mi cuero cabelludo. "¿Ves? No te quemé."
Me relajo en la silla, "Todavía tenemos una cabeza llena de pelo por delante, no te pongas demasiado arrogante".
"He estado peinando desde antes de unirme a los Volturi, nunca he quemado a nadie". Ella se defiende. "De todos modos, ¿estás emocionada?" Ella cambia de tema, sus dedos fríos recorriendo mi cabello.
"Sí, un poco nerviosa, también." Nunca he tenido una cita, si es que esto es una cita. Creo que la emoción supera los nervios, no puedo esperar para ver el museo y lo que hay más allá de Volterra.
Heidi agarra otro mechón de mi cabello, "Oh, ¿por qué estar nerviosa? Te verás maravillosa".
Le sonrío a través del espejo, "No estoy nerviosa por cómo me veré, nunca he tenido una cita, ¿sabes?"
"De nuevo, ¿por qué hay que estar nerviosa? Son tus compañeros, no deberías estar nerviosa con ellos".
Hago una pausa para poder pensar en un escenario: "Bueno, ¿qué pasa si me tropiezo debido a esos tacones gigantes que insististe en comprar y me humillo?"
Heidi pone los ojos en blanco y coloca su mano libre en su cadera. "Podrías revolcarte en un charco de lodo y aun así te encontrarían absolutamente adorable".
"¿Tienes un alma gemela, Heidi?" Pregunto. Me he estado preguntando esto, pero nunca supe cuándo preguntarle, este parece ser el momento perfecto.
Ella no responde por un rato, pero sus manos continúan trabajando en mi cabello. "Sí."
"¿Quién?" Muevo las cejas.
La atrapo sonriendo, toda su cara se suaviza. "Santiago".
Giro en la silla sin siquiera pensar, Heidi tira de la tenaza, "¡Sienna! ¡Casi te quemo!"
Ignoro sus palabras y empiezo mi interrogatorio, demasiado ansiosa por saber cada pequeño aspecto de su relación. "¿Por qué Santiago no lo ha mencionado? ¿Por qué no actuáis como almas gemelas? ¿Cuánto hace que sabéis-"
Heidi coloca una mano sobre mi hombro, "Cálmate, querida. Te lo diré mientras trabajo en tu cabello, ¿sí?"
Me doy la vuelta y enderezo mi postura, lista y emocionada para escuchar lo que tiene que decir.
"Santiago fue reclutado mientras yo estaba fuera, recogiendo comida. Fue la primera persona que vi cuando regresé". Ella habla con tanto cariño de este recuerdo que me hace sonreír: "Lo supe al instante, pero el maestro Marcus luego confirmó que éramos almas gemelas. Estaba tan feliz de haberlo encontrado, fue una sensación increíble".
