"¿Por qué no me tenéis miedo?
¿Por qué os preocupáis por mí?"
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Una niña entrenada para matar desde que nació es enviada en una misión para derrotar a los Volturi, pero no se atreve a h...
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Resultó que caminar de regreso a mi habitación con una pila de libros en mis brazos fue más desalentador de lo que había supuesto.
Los coloco sobre el escritorio con un largo suspiro y enderezo mi espalda. Marcus coloca su pila mucho más grande junto a la mía, el libro rojo oscuro se equilibra encima de todos los demás. Sonrío a mi nueva colección de libros.
"Gracias de nuevo." Miro por encima del hombro a Marcus.
Me sonríe, "De nada... otra vez" .
Todavía podía escuchar la lluvia golpeando contra el techo y el resplandor brumoso del exterior llenaba la habitación, arrojando sombras sobre Marcus, su piel de alabastro contrastaba audazmente con la habitación oscura.
Giro la cabeza y enciendo la lámpara que está al costado del escritorio, la luz llena solo una pequeña sección de la habitación, pero me permite ver.
Vuelvo mis ojos hacia la ventana, las gotas se deslizan por el vidrio mientras caen. El cielo está gris y es obvio que el sol se ha puesto, a pesar de los tintes anaranjados y rosas normales que suelen indicar el final del día.
Si bien normalmente me encanta ver cómo los colores se combinan y se desvanecen en la noche, la lluvia y las nubes oscuras se sienten igual de pacíficas.
Las farolas naranjas iluminan las aceras vacías de Volterra. Cada noche, cuando el sol desaparece en el horizonte, las tiendas cierran y la gente que se arremolina se dispersa hacia sus casas u hoteles. Me hace preguntarme si los lugareños saben acerca de los vampiros, si creen en las leyendas que la mayoría piensa que son historias divertidas para contar.
"¿La gente que vive en Volterra lo sabe?" Pregunto, sin dejar de mirar hacia afuera.
"Muchos aquí creen en las leyendas de los demonios bebedores de sangre, pero también creen que nosotros los mantenemos a salvo. Sus creencias no son suficientes para que nos involucremos, así que supongo que en realidad no lo saben", explica Marcus.
Me doy la vuelta para mirarlo y me apoyo en el escritorio, "¿Sería malo si sus creencias fueran suficientes para involucraros?"
Marcus frunce el ceño sutilmente, pero no tanto como para que no me dé cuenta, "Sí, tendríamos que hacerlo", hace una pausa por un milímetro de segundo, "deshacernos de ellos".
Hago una mueca internamente, "¿Entonces se supone que los humanos no deben saber acerca de los vampiros?"
"Es ilegal que un humano lo sepa. Si un humano descubre nuestra existencia, será convertido o asesinado. Si un vampiro se da a conocer a los humanos, a propósito o accidentalmente, la mayoría de las veces también será asesinado." Continúa aclarando.
"Vaya." Respiro, dándome cuenta. Soy muy humano, que probablemente ya sabe demasiado, incluso si soy alma gemela de los reyes que establecieron la ley, "¿Eso significa que seré convertida?"
