"¿Por qué no me tenéis miedo?
¿Por qué os preocupáis por mí?"
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Una niña entrenada para matar desde que nació es enviada en una misión para derrotar a los Volturi, pero no se atreve a h...
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"¿Prepararse para qué exactamente?" Le pregunto a Caius. Ya no me preocupo por mis síntomas, me preocupo por lo que pasa.
"Un aquelarre bastante grande ha cometido un crimen atroz, uno que no toleramos".
"¿Qué crimen?" No sé mucho sobre las leyes Volturi, lo que se debe y lo que no se debe hacer, pero sé lo básico; no exponerse a los humanos, un humano expuesto a un vampiro debe ser convertido o ejecutado... y hay más que yo sepa, pero no puedo pensar en todos en este momento.
"Han creado un niño inmortal, una de nuestras leyes más importantes que debe abordarse lo antes posible".
"Oh, wow. ¿Y sabían de esta ley?"
Caius asiente: "Su líder residió con nosotros durante años, definitivamente lo sabe".
"Pero, ¿por qué necesitáis testigos?" Sé poco sobre el mundo de los vampiros y cómo los Volturi hacen las cosas, pero sé que la mayoría de los criminales vienen al castillo, o la guardia de élite viaja hacia el criminal en raras ocasiones, solo ellos, sin audiencia de lugares en todo el mundo.
"Porque, si lo hacemos, realmente sabrán que servimos a la justicia. A muchos les gusta hacernos parecer tiranos malvados, pero solo los estamos protegiendo, esto nos ayuda a demostrarles eso, tal vez no por mucho, pero ayuda." Él explica: "Es posible que también necesitemos algunos luchadores, me gustaría tenerlos con nosotros, por si acaso".
Se me forma un hoyo en el estómago y miro hacia abajo, ignorando mi camisa manchada de sangre. Me he acercado a algunos miembros de la guardia, y me preocupo profundamente por ellos, sé que son poderosos, pero no obstante me siento ansiosa.
Especialmente Alec, su don es increíblemente fuerte, pero es pequeño, más bajo que todos los miembros de la guardia. Temo por él sobre todo.
Deseo estar con ellos, donde sea que esté, y proteger a mis compañeros, mis almas gemelas. "Caius, quiero ir".
Lo veo tensarse, "No". Ni siquiera duda con su respuesta.
"¿Por qué no? Si fuera yo quien se enfrentara a unos criminales en una tierra lejana, ¿no querrías estar conmigo?" Lo miro, nuestros ojos se encuentran.
Inhala profundamente y sus ojos se vuelven calculadores antes de responder: "No es lo mismo".
Frunzo mis labios hacia él, "¿Cómo?"
Obviamente, sé cómo, las diferencias son claras, yo soy un humano, ellos son vampiros. Pero no puedo luchar contra el impulso, me atormenta el cerebro de forma molesta, enviando imágenes de Santiago, Alec, Heidi y los reyes siendo destrozados.
"Tú, colocada contra un gran grupo de bestias fuertes y hambrientas de sangre siendo un humano, así es, Sienna". Habla con autoridad, y sé que no cambiará su respuesta anterior, sin importar lo que diga.
Todavía lo intento, a pesar de eso. "¿Qué se supone que debo hacer entonces? ¿Simplemente sentarme aquí y preocuparme hasta que regreses? Sería un desastre todo el tiempo". Niego con la cabeza. "¿No puedo al menos ir con-?" Él comienza a hablar por encima de mí, pero alzo mi voz. "¿No puedo al menos ir con vosotros y quedarme en vuestro avión o algo así? No tengo que estar cerca de vampiros y bebés vampiros, solo necesito estar cerca de vosotros".
