"¿Por qué no me tenéis miedo?
¿Por qué os preocupáis por mí?"
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Una niña entrenada para matar desde que nació es enviada en una misión para derrotar a los Volturi, pero no se atreve a h...
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Sentados en la sala del trono están Caius y Aro, se sientan en silencio como siempre lo hacen ahora.
Pero cuando Marcus irrumpe en la habitación, interrumpe el silencio.
Para ellos se ve completamente diferente, la sombra debajo de sus ojos ha disminuido notablemente, su piel no es tan pálida y sombría, y sus ojos brillan una vez más.
"¿Qué te ha pasado?" Aro pregunta con voz monótona, sonando cansado incluso si no es físicamente posible.
"Debéis venir conmigo." Marcus dice y sonríe mientras lo hace, una acción que no ha hecho en más de dos meses.
Sin embargo, los otros dos reyes permanecen sentados, lo que provocó un largo suspiro por parte de Marcus.
"¡Venid!" Marcus les hace un gesto para que se pongan de pie.
Aro y Caius comparten una mirada y se ponen de pie, caminando hacia Marcus, pero ambos se detienen repentinamente una vez que el olor de Sienna llena sus narices.
Es delicioso, pero también confuso. "Puedo olerla". Aro afirma.
Marcus sonríe. "Soy consciente."
"¿Qué es esto?" Pregunta Caius, su característico ceño aún ahí. "¿Por qué hueles a ella?"
"Vuestras preguntas serían respondidas si me seguís". Marcus dice, girándose y alejándose a toda velocidad.
Se apresuran a seguirlo a su habitación, y lo que ven es algo con lo que habían soñado todos los días durante dos meses.
Sienna se sienta en la cama de Marcus, producto de su imaginación hecha realidad. Se ve diferente a la última vez que la vieron, sus brazos están más definidos con músculos, su cabello es más largo y se ve cansada.
"¿Sienna?" Aro exhala, llamando su atención. Sus miradas se encuentran y Aro siente que cada emoción negativa abandona su cuerpo en ese mismo momento.
Caius la mira fijamente, en silencio y sorprendido. No sabe si el destino le está jugando una mala pasada, tal vez finalmente castigándolo por todo lo que ha hecho, pero Sienna lo mira y la euforia lo inunda, sabe que es real.
Una sonrisa adorna el rostro de Sienna. "Hola." Su voz es tranquila, frágil.
Caius es el primero en moverse, caminando hacia la cama y sacando a Sienna de ella, entre sus brazos. Sienna está agotada por los movimientos repentinos, pero inmediatamente lo rodea con sus brazos.
La sensación de su calidez bajo su toque le ha dado a Caius una sensación de paz por primera vez en meses. El temor y el dolor que ha soportado ya no existen, ahora son reemplazados nuevamente por la felicidad.
El frío de su piel es un consuelo para Sienna, había extrañado el escalofrío que recorría su cuerpo cada vez que la tocaba.
"Mi amor, estás aquí". Susurra Caius, su mejilla descansa sobre la parte superior de la cabeza de Sienna mientras sus brazos rodean su cintura.
