"¿Por qué no me tenéis miedo?
¿Por qué os preocupáis por mí?"
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Una niña entrenada para matar desde que nació es enviada en una misión para derrotar a los Volturi, pero no se atreve a h...
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Si utilizara mi poder en un ser vivo, sentiría su sangre correr por sus venas. Pero este hombre no está vivo, técnicamente.
En lugar de la sangre pulsante que normalmente estaría sintiendo, se siente como controlar un líquido congelado y necesito cada músculo de mí para mantenerlo quieto. Pero lo hago, porque si lo dejo ir terminará lastimando a uno de los reyes y el pensamiento me empuja más fuerte.
Voces apagadas resuenan por la habitación, pero no tengo idea de lo que están diciendo, todo en lo que puedo concentrarme es en esta montaña de hombre.
Mi visión empieza a volverse borrosa cuando Félix le arranca la cabeza al hombre y yo relajo los músculos. Mi visión se aclara junto con mis oídos.
Incluso sin forzar mi cuerpo, sigo sintiéndome incómoda. Un dolor de cabeza palpitante ondea a través de mi cabeza y mi cuerpo se siente pesado.
Nunca me había sentido así después de usar mi don, siempre me siento indestructible, no volcada o como si pudiera desmayarme mientras estaba de pie en cualquier momento.
Tomo algunas respiraciones fuertes, tratando de despejar mi cabeza y mis piernas temblorosas. Pero no parece ayudar mucho. Todavía me siento sin energía y el dolor de cabeza solo está gruñendo más fuerte.
"¿Sienna? Te ves un poco pálida". Demetri susurra a mi lado.
Me río, pero suena seco, débil y sin sentido del humor, "No eres quién para hablar". Cierro los ojos, "¿Ese tipo está muerto?"
Demetri se aclara la garganta, "No del todo. Se están preparando para, eh, cremarlo".
Abro los ojos y los vuelvo hacia él, manteniendo la cabeza hacia adelante, "Solo di que están a punto de quemarlo hasta convertirlo en una patata frita. Cremarlo suena como si fueras a ponerlo en una caja elegante y colocarlo sobre tu manto."
Demetri resopla, "Oh, está bien. Félix acaba de quemarlo".
De repente, huelo un hedor dulzón y enfermizo y vuelvo los ojos hacia atrás, viendo humo púrpura saliendo del cuerpo decapitado del hombre. El humo me quema la garganta cuando inhalo, haciendo que mi estómago se revuelva con náuseas.
El olor solo hace que me duela la cabeza aún más y añade mareos a mis síntomas. "Demetri, ¿podemos irnos, por favor?" Pregunto sin respirar.
"Oh, sí. ¿Te gustaría que le dijera a los reyes?"
"Sí, gracias." Intento respirar por la boca, pero eso solo empeora las cosas. "¿Puedo esperar afuera mientras lo haces?"
Demetri asiente y da un paso a mi alrededor. Me apresuro al pasillo tan rápido como mi débil cuerpo puede y me doy la vuelta para cerrar la puerta para que el humo púrpura no flote aquí, solo para recordar lo pesada que es la puerta.
He movido esta puerta gigante antes cuando me colé, pero era fuerte y capaz en ese momento. Frunzo el ceño a la puerta y apenas la empujo, no es un intento serio, porque sé que no se cerrará aunque lo intente-
