"¿Por qué no me tenéis miedo?
¿Por qué os preocupáis por mí?"
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Una niña entrenada para matar desde que nació es enviada en una misión para derrotar a los Volturi, pero no se atreve a h...
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"¿La dejaremos ir?" Caius pregunta, su voz fuerte y adolorida. Está enfadado, pero también le duele el corazón y no sabe qué hacer, lo que solo alimenta su ira.
"No podemos obligarla a quedarse, Caius". Aro responde. Al igual que Caius, el corazón de Aro está lleno de dolor, pero en lugar de ira, está confundido. Sienna nunca ha considerado siquiera irse, su mente siempre ha asegurado lo contrario, y siempre ha estado completamente segura de que nunca quería volver al lugar de donde había venido. Podría haber revisado su mente antes de que se fuera, pero no iba a hacerlo sin su permiso y ella nunca se lo dio, así que en realidad nunca tuvo la oportunidad.
Marcus se queda en silencio y continúa mirando el escudo de Sienna. Huele a ella y el aroma nada alrededor de su cabeza. Francamente, no sabe cómo sentirse. Sienna se fue, pero ella no murió, entonces, ¿él lamenta su ausencia o simplemente se dice a sí mismo que volverá, a pesar de lo que dijo? ¿Se siente enfadado porque ella dejó todo lo que tenía aquí para volver al lugar del que huyó, al igual que Caius? ¿O se siente confundido sobre el origen de todo esto, como Aro?
"¡Ella no puede simplemente irse!" argumenta Caius. "Si ella se va y nunca regresa, ¿qué será de nosotros? ¿De ella?"
"No estar cerca de tu verdadera pareja durante períodos prolongados de tiempo será... catastrófico". Marcus respira la respuesta. Cuando le quitaron a Didyme, él se quedó estoico y nada más que un recipiente para pensamientos rotos, y ella era solo una pequeña pieza a la que su alma se había apegado. Con la partida de Sienna, la dueña de su alma, no terminará bien y él lo sabe. "Para todos los involucrados".
"¿Qué haremos?" Caius le pregunta a cualquiera que tenga una respuesta. Estar lejos de Sienna, sin verla, sin respirar su aroma o sin siquiera tocar su piel hará que se marchiten. Y hará que Sienna se debilite, eventualmente pasando factura a su corazón. Caius está más preocupado por ella que él mismo, puede estar enfadado pero siempre se preocupará por ella. Incluso si prácticamente le arrancara el corazón del pecho y lo pisoteara. "Moriremos si nunca la volvemos a ver, ¿verdad?"
Marcus asiente. "Sí." Hay un largo momento de silencio. "Pero no podemos obligarla a regresar, y no podemos obligarla a quedarse. Esta fue su decisión y debemos respetarla. Tal vez, dentro de unos años, regrese. El destino es fuerte, tal vez la obligue a volver." Marcus no está apostando a que eso suceda, pero espera que se demuestre lo contrario.
Caius niega con la cabeza pero no responde. De repente, no sabe qué hacer consigo mismo, ninguno de ellos lo sabe. Por lo general, si no estuvieran agobiados por la corte, estarían con Sienna. ¿Pero ahora? No hay Sienna con quien estar.
Caius comienza a caminar hacia la puerta. "¿A dónde vas?" Aro pregunta con un profundo suspiro.
"De caza." Responde mientras sale de la habitación.
Aro y Marcus miran mientras se va. "Bueno, al menos no ha matado a un miembro de la guardia". Aro dice en voz baja.
"Todavía". Marcus agrega con nostalgia. "Estaré en la biblioteca". Él dice, siguiendo poco después de Caius, solo que no tan enfadado y no tan rápido.
