Parte 8

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¿El acababa de decir que Bridgette era suya?

Bridgette trago saliva. Aunque el chico enfrente de ella tenia cierto parecido a Adrien, también era muy diferente a el. El rubio la miraba con ojos penetrantes, como si fuera lucifer, y se estuviera preparando para llevarse su alma.

Al parecer, a Félix le incomodaba estar tan cerca de ella, pero al mismo tiempo, se negaba a soltarla.

Las manos de Félix rodeaban su cintura, aprisionándola, y aunque Bridgette se removió intentando soltarse, sus esfuerzos eran inútiles, ya que el rubio parecía ser de piedra.

Félix, por otro lado, estudiaba cada movimiento, gesto o expresión que ponía la chica entre sus brazos. Sus grandes ojos resaltaban su belleza y su cabello azabache, tan largo y brillante, lucia perfecto con su piel blanca de porcelana.

Eso tenia que ser una maldita y cruel broma del destino.

Félix fruncio el ceño, mientras Bridgette buscaba la manera de soltarse de su agarre.

Ahora Félix no solo tenia que vivir con el echo de que tenia un parecido con Adrien, si no, que su Mate, elegida por la Diosa Luna, se pareciera a Marinette. ¡La Luna de Adrien!

«Maldito destino»

Bridgette pareció adorable a los ojos de Félix. Era tan frágil y pequeña como una preciosa muñequita. Félix la amo en el momento que la vio. Todo de ella le encantaba y odiaba eso.

Siempre había considerado que "Las almas gemelas", eran una estupidez que volvía débiles a los líderes fuertes como el.

Y aunque la idea de encontrar a su Luna le desagradaba, al mismo tiempo su corazón salto de alegría cuando sus ojos azules lo miraron.

Félix se fuera conformado marcar a alguna Omega que le sirviera para que le diera cachorros que siguieran con su legado, pero ahora que había encontrado a su Luna, las cosas habían cambiado, porque el, no la dejaría ir... ¡Jamas!

A diferencia de Adrien, Félix no tenia paciencia suficiente para esperar. El lo que quería lo tomaba como cualquier Alfa haría. Bridgette era suya, y la obligaría a quedarse con el, así ella no quisiera. Pero no lo culpen, la Diosa Luna se la entrego, y el estaba dispuesto a aceptar su regalo.

La chica era hermosa, y la quería para el.

— Ammm.. Disculpa, ¿Puedes soltar a mi hermana? —Marinette hablo a una distancia prudencial. —Adrien, dile que la suelte. —Susurro al chico que la protegía.

El lobo de Adrien rodó los ojos. No le gustaba recibir ordenes.

Félix sonrió, y fue esa estúpida sonrisa de medio lado que hizo reaccionar a Bridgette, la cual miro alrededor y noto como los demás estudiantes murmuraban entre ellos.

La posicion en la que estaba con el rubio era muy comprometedora, y si su conquista Claude se enteraba de eso, probablemente ya no querría salir con ella.

Puso las manos sobre el pecho de Félix, e intento empujarlo. Pero su esfuerzo fue inútil.

— Oye, creo que ya puedes soltarme. —Hablo lo suficientemente alto para que el rubio la escuchara. —¡Ya sueltame!. —Aunque Bridgette era una chica bromista y le gustaba molestar a Marinette, también era una chica fuerte y valiente, que sabia defender sus intereses.

«Aunque seas mas lindo que Claude, no dejare que invadas mi espacio personal de esta manera»

Se removió haciendo sonreír de forma maliciosa a Félix.

«Solo espero que Claude no sepa nada de esto»

El rubio presiono el cuerpo de Bridgette y la apretó mas a el, acercando sus labios al oído de la chica y mordiendo ligeramente el lóbulo de su oreja, encantandole la forma en que el cuerpo de Bridgette se estremeció ante su tacto.

The Alpha MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora