Parte 29

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Capitulo No apto para menores. Leer bajo su propio riego. :V

Marinette tropezó con una pequeña piedra y cayó al suelo. Raspo sus rodillas y la sangre empezó a fluir de las heridas.

La azabache abrió los ojos, cuando su piel se empezo a cerrar y su herida a cicatrizar. Sus poderes regeneradores actuaron con rapidez, no dejando ningún rastro de que sus rodillas hubieran estado heridas.

Marinette sacudió su cabeza. Aun no se acostumbraba a esa parte de ella. Su cerebro no procesaba la noticia de lo que ella realmente era, pero aún así, se levantó y siguió corriendo persiguiendo ese olor de chocolate a través de las ramas.

La luz de la Luna iluminaba el camino. Como si fuera la propia Diosa la que le estuviera dejando el camino libre para encontrarse con su príncipe.

Ella había sido muy cruel. Nunca se preocupó realmente por Adrien y hasta ahora se daba cuenta. Adrien era un chico demasiado bondadoso. Siempre le había demostrado su amor incondicional y aún así ella lo había lastimado.

Lo llamó monstruo. Y ahora se arrepentía del peso de sus palabras. Un peso la asfixiada en su pecho cuando recordaba todas las veces que lo insulto y lo lastimo.

Si en algo a Aurore tenía razón, era que ella no merecia a Adrien. Pero.. ¡Al diablo todo!

Adrien era suyo, y se había equivocado, y ahora estaba arrepentida queriendo remendar su error. Tenía claro sus sentimientos, y no iba a dejar ir tan fácil a su príncipe.

Amaba a Adrien con todo su corazón.. Lo hizo desde la primera vez que lo vio. Le costó mucho admitir que esos sentimientos confusos eran en realidad "amor". Marinette siempre había amado a Adrien y lo hizo en sus vidas pasadas, y lo seguiría haciendo en esta y en sus futuras vidas, aunque en esta se haya tardado tanto en admitirlo.

Ahora entendía porque su corazón se encogía cada vez que miraba a Adrien triste. La sonrisa del rubio era un tesoro que quería mantener en su mente y corazón, y estaba dispuesta a conservar y hacer lo que sea para que el rubio nunca más se entristeciera por culpa suya.

Marinette se encargaría de borrar cada huella que Aurore había dejado sobre el cuerpo de su Alfa, y lo haría enloquecer hasta que en su mente solo tuviera la imagen de ella.

No dejaría que ninguna otra chica lo volviera a tocar.

Marinette era una Luna. SU Luna, y debia estar a su lado.

La joven Luna se detuvo.

Su cuerpo se inclino un poco hacia adelante, y posó las manos en sus rodillas, quedando casi agachada. Entreabrió su boca buscando aire.

Sus pulmones empezaron a fallar. Su rostro se enrojeció y su centro empezó a humedeserce al punto de que sus fluidos empezaban a recorrer sus piernas.

Las ferormonas de Adrien estaban preparándola para el. Un Alfa en celo, soltaba ferormonas inconscientemente para preparar a la hembra elegida, que en este caso, era Marinette.

Adrien estaba cerca. Incluso Marinette podía olerlo. Sus instintos de Omega estaban activados.

— ¿A-Adrien..? —Jadeó. Su pequeña entrada pálpito buscando una liberación. Marinette no entendía mucho de sexo, solo había leído un poco en los libros. Jamas se imagino estar en esa situación, sin embargo, estaba allí, entregándose en bandeja de plata, para que le quitaran su virginidad. Las hojas de los árboles se mesieron, y Marinette pudo jurar que incluso escucho un silbido. —¿E-Eres tu?

Adrien tenía que estar en ese lugar. Siguió su rastro y la guió hasta allí. Hasta ese punto llegaba su olor.

No sabía en donde estaba, ni mucho menos que tan alejada de la cabaña se encontraba. Lo que si sabía era que no se iba a marchar hasta lograr su objetivo, así le estuvieran temblando las piernas.

The Alpha MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora