Parte 4

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Adrien la miraba dormir. Con su mano acaricio la piel tersa de sus mejillas; Parecía un ángel mientras sus ojos se mantenían cerrados.

Su cabello azabache estaba revuelto, pero aun así no afectaba a su belleza. De echo, a los ojos de Adrien, se miraba mucho mejor.

Cuando vio a esa asquerosa Omega tocar a su luna, se enfureció. ¿¡Como se atrevía a tocar a su Mate!?. No... Adrien debió matarla, si Nathalie no fuera aparecido, el rubio fuera cumplido su propósito.

Tuvo que transformarse para poder protegerla e incumplió una de las reglas de Nathalie. "Prohibido transformarse dentro del internado".

Adrián estaba frustrado, y su expresión lo delataba. 

Cuando la vio desmayada en el piso, no dudo ni por un momento y la tomo en sus brazos, llevándola consigo a su habitación a pesar de la negación de Nathalie. 

Después de lo que paso, no quería dejarla sola. Estaba enojado con sigo mismo y con la chica dentro de sus sabanas.

¿Por que era tan difícil para ella entender que le pertenecía a el?¿Que ya no tenia por que preocuparse por nada y que el la protegería?. ¡Pero no!. Ella lo rechazo, y Adrien tuvo suerte de que no renuncio a el con las palabras adecuadas, porque entonces si estaría en serios problemas. A el le gustaba la chica y no quería que ella se apartara de su lado.

— ¿Tienes idea de lo patético que te ves?. —Y tenia que ser el, en el peor de los momentos.

Adrien suspiro y se levanto, quedando de espaldas al mayor de sus problemas.

— ¿Como entraste a mi habitación?. —Adrien intentaba mantener la calma. No quería despertar a su Luna.

— Es linda la chica. Tuviste suerte primo. —El Alfa soltó un gruñido.

¡Marinette era suya! ¡No de el!, entonces..  ¿Que le da derecho a decirle "linda" a su chica?.

El otro rubio rió.

— Tienes un minuto para salir de aquí, Félix.

— Ella huele... Delicioso. —Felix no se inmuto por las amenazas de Adrien. —¿La compartes?.

Adrien perdió lo único que le quedaba de paciencia, y utilizando su poder de velocidad, llego hasta donde estaba su primo y lo tomo por su camisa.

Nadie iba a tocar a Marinette. ¡Nadie!.

— ¡Ni tu ni nadie va a tocarla! ¡Ella es mía!. —Félix ladeó una sonrisa. — Si no quieres terminar destrozado, te recomiendo que salgas de aquí.

Su primo lo miro con inocencia fingida. Luego miro a la chica acostada sobre la cama.

— Aun no la has marcado.

— ¿Que?.

— Ella aun no te pertenece. No tiene tu marca, por lo tanto aun la puedo tener para mi.

A Félix le gustaba superar a Adrien en todo y si temía que marcar a la chica para molestarlo... Entonces lo haría, por el no había problemas.

De todas formas aun no había encontrado su Mate y esperaba no hacerlo nunca, eso de las "Almas gemelas" no estaba echo para el.

— Pierdete.. —Siseo Adrien. Sus ojos empezaban a ponerse de un dorado oscuro.

— Obligame... —Lo reto, sin borrar su arrogante sonrisa de sus labios.

En este punto, Adrien no entendía como no había explotado ya.

Marinette se removió en las sabanas, sus cejas se fruncieron y balbuceo un par de cosas incomprensibles.

The Alpha MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora