Parte 22

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Marinette se inclino y tomó aquello flor entre sus manos. El césped verde, estaba adornado por aquellas flores blancas, y Marinette se sintió tentada en acariciarlas.

La Luna brillaba con todo su esplendor. No había nadie a su alrededor, y el frío del viento calaba entre sus huesos. Ella solo llevaba puesto aquel camisón blanco que se había puesto hace poco.

No recordaba como había llegado aquí... ¿Pero realmente importaba?

Estaba en una especie de jardín, no había árboles, solo columbios mesiendose solos que la incitaban a jugar con ellos.

Marinette se sentía como una pequeña niña.... Era tan feliz. Sin embargo no podía sentirse del todo tranquila... No cuando podía sentir la mirada de el sobre su cuerpo.

Era tan profunda que Marinette sintió que sus ojos observaban más allá de su piel, más allá de su alma, e incluso más allá de su humanidad.

Aunque sus ojos, no podían observar la silueta de aquel misterioso ser, ella sabía que estaba allí, acompañándola todo el tiempo, asi como en todas las noches anteriores.

- Se que estás allí. -Informó,acariciando aquella flor.

El viento dejó de soplar, y los columpios dejaron de meserse solos. El lugar quedo en un sepulcrar silencio.

A excepción de Marinette, no había absolutamente nadie allí.

- Puedo sentir tu presencia.. -Dijo. Nada, todo era silencio. -Has estado visitando me, y no me dejas dormir. No tengas miedo, no te haré daño.

Silencio...

Hasta que, una pequeña risa sonó a sus espaldas. Marinette giró rápidamente, sin encontrar a nadie.

- ¿Que te hace pensar que tengo miedo? -Una voz profunda se escuchó. Marinette busco desesperada al dueño de dicha voz, pero estaba sola.

Parecía que era el mismo viento el que le respondía.

- Siempre te escondes y nunca te muestras. -Todo se quedó en silencio otra vez. -¿Te he visto en algún lugar? ¿Te conozco? ¿Por eso me temes?

Giró en todas direcciones, buscando aquella persona que le hablaba.

- Tu curiosidad, me divierte. -Susurró cerca de su oído. Marinette sintió escalofríos, y volteo, sin encontrar nada.

A pesar de que todo parecía tan real... Marinette podía sentir que estaba en otros de sus sueños, dentro de su mente. Aquel misterioso ser siempre aparecía dentro de su mente, pero nunca le mostraba quien era.

Sólo bastaba escuchar el sonido de su voz, para que Marinette despertara y después no pudiera dormir otra vez.

Le gustaba dormir junto a Adrien, porque solo así, "el" no venía a visitarla.

- Eres un sueño... ¿No? Se supone que puedo controlarte. -Se escuchó una risa burlona cerca de ella. -Los sueños no son reales, a si que... Tu no eres real. Solo eres producto de mi imaginación.

- Un sueño. -Unas frías manos acariciaron su espalda, pero los ojos de Marinette no observaron nada. La azabache Retrocedió. -Te puedo asegurar princesita, que esto es muy real.

Una risa, tras otra.

El viento empezó a soplar con fuerza, y el verde césped empezó a marchitarse hasta quedar solo tierra. Los columpios se oxidaron y se destruyeron, hasta quedar solo cenizas de ellos y las flores murieron.

The Alpha MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora