Parte 12

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Marinette abrió los ojos asombrada, esta era la tercera vez que Bridgette pedía repetir el desayuno. La azabache comía como si el mundo fuera a acabarse y esa fuera su última comida. Cuando entro al comedor, rápidamente corrió a una mesa, y empezó a tragar, mientras Marinette la seguía.

A Bridgette siempre le había gustado comer. Ella era una golosa nata, que, a pesar de comer todo tipo de alimentos, siempre tenia la pancita plana. Ese era su súper poder.

Si Bridgette entraba a un concurso de comida, Marinette estaba segura que esta ganaría.

— ¿Puedes dejar de comer como bestia? —Pregunto Marinette, cruzándose de brazos. Bridgette, por su parte, la ignoro y llevo la cuchara a su boca. —Netty...

— Dejame...

— Me preocupas. Tu te estas comportando de una forma casi anormal.

— ¿Anormal dices? ¡Ja! —Sonrió sarcástica Bridgette. —Solo me acabó de enterar que estoy en un internado donde probablemente me vuelva la cena de mis compañeros. Nada grave.

— Si queremos sobrevivir, debemos mantenernos con la cabeza fría.

— Oh, por supuesto. Y mientras tanto las personas aquí planean que tipo de salsas quedarían mejor en nuestros cuerpos, cuando nos estén asando.

— Estas dramatizando otra vez.

— Creeme hermanita. Esto no es nada comparado a todo lo que pasa por mi mente en estos momentos. Es que no lo entiendo.. ¿Por que no solo huimos y ya?

— ¿Te digo por que? Por nuestros "Alfas". Ellos jamas nos dejaran escapar, Netty.. Por eso estamos atrapadas aquí. Y por si fuera poco, ¿A donde iríamos? Estamos a mitad de la nada.

— Yo sólo quiero irme a casa. —Bridgette miro a su alrededor. —Me da miedo estar aquí... Y tu.. No entiendo porque estas tan tranquila después de todo lo que sabemos.

— Me toco acostumbrarme. —Dijo Marinette con rencor. —Después de todo, la única persona en la que confiaba, al final me creyó una lunática.

— ¿Vas a seguir? ¡Ya superalo!

— ¡Jamas! Y ya deja de comer como elefanta embarazada, y comportarte.

— ¡Sabes que como cuando estoy estresada! ¡No puedes quitarme esto! —Le respondió Bridgette, apuntándola con la cuchara.

— Tu siempre te la pasas comiendo, Bridgette. Mira nada mas como tragas, pareces puerco. —Bridgette achicó los ojos y saco la lengua mostrando algo de comida masticada en su boca. —¡Iuugh! ¡Que asco!

Bridgette río, tragando lo que había en su boca. Su sonrisa se borro tan rápido como apareció, y un sabor amargo se instalo en sus papilas gustativas.

— Oye, Nette..—Llamo la atención de su hermana. —¿Tienes lo que te pedí?

Marinette fruncio el ceño, y asintió. Paso toda la noche intentando recordar las palabras exactas para romper aquella unión. Saco de su bolsillo una hoja de papel, y se la entrego a Bridgette, la cual la tomo y leyó.

Bridgette se había tomado muy mal aquella verdad que por tanto tiempo había intentando ignorar. Se sentía frustrada, cansada y al mismo tiempo aterrada, no podía creer que Tomás, su propio padre, las había llevado allí para que fueran alimentos para aquellas bestias.

Por suerte, Marinette había descubierto como Adrien y Félix las dejarían en paz. Ellas rechazarían ser las Lunas de tan terribles seres y serian libres, recuperando su vida normal, dejando y olvidando a aquellos rubios locos.

Porque eso eran lo que ellas mas deseaban... ¿No?

— Asegurate de aprenderte las palabras de memoria, y que Félix te escuche. —Bridgette asintió. —Yo haré lo mismo en cuanto tenga al rubio loco al frente. Solo tenemos una oportunidad, no la desperdicies.

The Alpha MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora