chapter nine

704 46 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

.

.

.

.

Era viernes y sus padres aún estaban en el trabajo, en cuánto llegó del colegio, fue hacia su habitación dónde comenzó a cambiar su vestimenta por algo más cómodo, un jean negro tiro alto junto con una remera blanca que lleva líneas rosa en el cuello y las mangas, un par de zapatillas blancas y su bolso negro que colgó en su hombro.

Había acordado quedar con FP en el bar de los serpents por lo que pasó lápiz labial rosa en sus labios y un poco de perfume en su cuello, la puerta de su habitación se abrió dejando a la vista a Betty, quién entró a la misma como si nada observando a su pequeña hermana arreglarse.

— ¿A donde vas?.

— A la casa de Giselle. Me quedare a dormir con ella, ya sabes, pijamada. — dijo mientras se giraba a verla al mismo tiempo que tomaba su chaqueta.

— ¿Quieres que te lleve?.

— No tienes auto, Bets. — rio y su hermana sonrió asintiendo.

 — Es cierto. — rio por lo bajo poniéndose de pie, abrazo a Hera y beso su mejilla.  — Les diré a nuestros padres, de todos modos yo iré a Pop's con Kevin.

— Uh, vaya, eso es completamente inusual. — la rubia asintió riendo y ambas bajaron las escaleras, a veces Hera se moría por decirle todo lo que estaba pasándole pero Betty era capaz de decirle a Archie y el le diría a Jughead, y aquel moreno no volvería a hablarle nunca mas en su vida.

— Nos vemos, H.

— ¡Nos vemos, Betty!.

° ° °

Entró a aquel bar y con sólo mirarlo por fuera había puesto sus pelos de punta, intentó no demostrar cuán pequeña se sentía en aquel lugar, divisó a dos chicas estar allí, viéndola como si ella fuera su nueva víctima.

Un hombre de cabello canoso y ojos negros se acercó a ella con una sonrisa que lograba hacer que Hera sintiera ganas de vomitar e irse de allí corriendo sin más. Detrás de él había un grupo de hombres que miraban la escena completamente atentos.

— Hola, preciosa. ¿Qué haces en un lugar como este? No es para las niñas lindas y con buen corazon. — dijo tocando su brazo a lo que Hera lo apartó rápidamente evitando patearle en su miembro reproductor.

— No me toques, déjame en paz. — dijo ella sonando más brusca de lo que quería por lo que aquel hombre tomó su brazo con fuerza para hacerla quejarse ante tal presión, estaba por hablar pero alguien lo tomó de atrás y lo empujó haciendo que se golpee contra la barra.

— No la vuelvas a tocar. Y a el que vuelva a ponerle un dedo encima yo mismo me encargare de que sufra. — FP al rescate, Hera lo miró sonriendo y su felicidad incrementó cuándo el la tomó de la mano para sacarla de aquel lugar, aunque simplemente la llevó a una área más privada, éste una vez cerró la puerta de aquella habitación fría, unió sus labios con los de ella. — te extrañaba.

— Que bueno que puedes tenerme todo el dia. — dijo con una sonrisa coqueta, él sonrió asintiendo y la tomó de la cintura para atraerla a él al mismo tiempo que la apegaba contra la pared; besó sus labios una vez más, lentamente y al mismo tiempo de una manera tan caliente que consiguió hacer encender a Hera.

Llevó sus manos hacia su cabello y jugó con él sin despegar sus labios de los suyos, la lengua de FP entró en su cavidad bucal y comenzó a jugar con la suya, en una guerra desenfrenada entre ambas; se deshizo de su remera blanca, dejándola sobre una silla para después bajar sus labios desde su cuello hasta sus pechos, la rubia apoyó su cabeza contra la pared, tenía sus ojos cerrados y disfrutaba del placer que le daba tener a FP de aquel modo.

Éste bajó sus besos hasta llegar al comienzo de su pantalón, el cuál, fácilmente consiguió desprender y arrojar en algún lugar de aquel oscuro cuarto, a penas y conseguía entrar la poca iluminación del sol a través de la ventana.

Atrapó su piel entre sus dientes haciéndola jadear, llevando una de sus manos hacia su boca para intentar taparlos y que nadie más pudiera oírlos.

Besó su feminidad por encima de la diminuta tela de su braga, las piernas de Hera temblaron ante aquello, sintiéndose débil ante tanta excitación. Se deshizo de su prenda para comenzar a acariciar su clítoris con cuidado al mismo tiempo que comenzaba a subir sus besos hasta atrapar sus labios, ella bajó sus manos hasta su remera y la levantó para quitársela, pocos segundos después desprendió su pantalón desasiéndose de el, se quedó en bóxer y aquello provocó que Hera sonría, poco a poco lo fue quitando a medida que lo bajaba ella lo hacía también, aquello solamente ayudaba a que su erección fuese aumentando.

Pasó su lengua por el glande escuchándolo soltar un gemido, tiró su cabello hacia atrás y continuó jugando con su miembro. FP la tomó de los hombros y la subió para besar sus labios lentamente, con cuidado la llevó hasta el sofá donde la recostó para subirse encima suyo, acomodó su miembro en su feminidad y poco a poco fue mintiéndolo, llenándolos de un placer increíble.

Los gemidos retumbaban en la habitación, ya no les importaba nadie más; la música del bar había subido a tal volumen que era imposible que alguien pudiese oírlos, FP unió sus labios una vez más, reprimiendo aquellos sonoros gritos que daba a medida que aumentaba la velocidad de la penetración.

Las penetraciones disminuyeron y él acabó por fuera de la rubia, claro, ninguno de los dos quería que algún error apareciera en unas semanas. Éste unió sus labios una vez más y los tapó con una colcha negra que llevaba el escudo de los Serpents, besó su frente y sonrió

— Ha sido increíble.  — le dijo mientras la atraía a el, poniéndola cómoda, Hera recostó su cabeza sobre su pecho y el aprovecho para acariciar su cabello, haciendo que los ojos de la rubia le comiencen a pesar.

— Lo se, siempre es así. — sonrió ella y levanto su mirada para dejar un corto beso en sus labios. — Quede exhausta. 

— Descansa, linda, mañana temprano te llevare a tu casa.

Ella asintió y volvió a besar sus labios, se acomodó una vez más en su pecho para esta vez cerrar sus ojos y caer rendida entre sus brazos.


MISS H, (riverdale) [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora