MISS H, (riverdale) [#1]

chapter six

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Hera estaba en la cama de Betty, quién se encontraba leyendo un libro. Ésta soltó un suspiro al mismo tiempo que sentía su celular vibrar, lo tomó y observó que era un mensaje de Archie.

Archie🍒

¿Estas despierta? ¿Podemos hablar?✅

Estoy con Betty, Arch. No puedo.✅

¿Por favor?✅

No, hablamos mañana.✅

A la mañana siguiente, Hera se despertó y corrió hacia su habitación para darse una ducha rápida, al salir, tomó una pollera de cuero negra junto con un pulóver rosa, lo dejó sobre su cama para poder pasar crema hidratante por toda su piel y se colocó el conjunto de ropa interior para luego hacer el mismo proceso con la ropa que usaría ese día.

Sus padres entraron a la habitación, ella se encontraba frente a su espejo poniéndose perfume en su cuello, segundos después tomó el cepillo de cabello y empezó a peinarlo.

— Hera, hoy llegaremos tarde. — aviso su padre.

— Llegaremos tarde muchas noches. Un ahogado por accidente, ¿a quien le importa? Pero, ¿Qué asesinen al hijo psicópata de la familia mas rica de aquí? Eso es una obsesión nacional en ciernes. 

— Apenas esta en la tumba, Alice.

— ¿Puedes calentar el auto, Hal? Ya bajo. 

Él salió de la habitación cerrando la puerta tras él y Alice se colocó detrás de su hija para acariciar su cabello ya arreglado. La miró a través del espejo.

— Betty sigue estando mal. — dijo antes de que Hera pudiera asentir, tomo su lápiz labial rosa y lo paso por sus labios. — Se que tu eres la menor pero eres demasiado responsable y buena, cuídala.

— Si, mama.

— Y que no se acerque a la chica Lodge.

— Lo intentare, a mi tampoco me cae bien.

— Espero que tengas un buen dia, bebe. Nos vemos después. — ella simplemente asintió sintiendo los labios de su madre chocar en su mejilla y salió de su habitación.

° ° °

Hera había divisado que Archie llegó junto a Betty; sabía que su hermana mayor tenía una increíble debilidad por aquel pelirrojo. Pero aún así, ella ya no podía intervenir en las decisiones que ella tomara, eran propias de ella y tenía la edad suficiente como para saber si lo que decidía estaba bien o no.