chapter thirty-two

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Un mensaje había llegado de su mejor amigo, pidiéndole una pequeña ayuda para que fuera a casa de Archie para sacarlo de aquella reunión que pronto iba a ser la peor pesadilla de la historia

Sin embargo, Hera estaba más que ocupada buscando el atuendo adecuado para hacer que Cheryl pierda todo control sobre el resto de sus amigos, no iba a dejar que le haga daño a su hermana, ni siquiera a la para nada agradable de su mejor amiga. Tomó un vestido rojo que era bastante apegado al cuerpo y lo observó durante segundos para luego quitar cada prenda que vestía para ponerse aquello, sintió la música subir en la casa de al lado y soltó una pequeña risa al saber que aquellos ya habían dado inicio a la gran fiesta que se desataría por el cumpleaños del moreno

Pintó sus labios con una capa de brillo labial rojo y se colocó unos tacones de bota, aquello combinó perfectamente con la vestimenta. Colocó perfume en su cuello y tomó su chaqueta negra, pasó junto a la puerta de su hermana Betty, dándose cuenta de que estaba abierta y que allí estaba su madre observando por la ventana a ver si encontraba algún muro en la costa

Hera rodó sus ojos y carraspeó haciéndola voltear rápidamente para que pueda ver al mismo tiempo que ella como FP entraba a la habitación de Archie junto a Joaquín. La menor soltó un suspiro antes de negar con desaparición.

— Tienes que dejar de espiar a las personas, mama.

— Son Serpents, Hera, pueden estar tramando algo realmente malo.

— No seas paranoica mamá, pueden estar hablando de cualquier cosa, deberías dejar de meterte en todo.

— ¿Cuál es tu problema hoy, Hera?

— Nada.

Rodó sus ojos y salió de la habitación para dirigirse hacia la puerta principal con la pequeña intención de abandonar la casa pero su madre la detuvo tomándola del brazo, la hizo girar y por ello, aprovechó para observar la ropa que llevaba la menor haciendo que una mueca de completo desagrado aparezca en su rostro.

— ¿Que, mama?

— ¿Por que estas vestida así, Hera?

— Porque puedo ponerme la ropa que yo quiera, mamá. Tú decides por tí, yo lo haré por mí, así que por favor, déjame ir.

— No vuelves a hablarme así, ¿te queda claro?

— Entonces déjame ir, mama.

— Vete. Mañana hablaremos de esto.

Hera asintió y abandonó la casa para girar a observar con atención las personas que continuaban entrando sin parar por la puerta principal, se quedó parada frente a la casa y soltó un suspiro bastante largo, se debatió si entrar allí e impedir que aquellos dos hagan algo que después lamentarán o si girar e irse a otro lado, dejando todo de lado.

MISS H, (riverdale) [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora