Con la nueva dinámica dentro del bungalow, las cosas fluían mejor de lo que había calculado. Luciana seguía mis reglas de una manera tan estrecha, que me hacía pensar que había aceptado permanecer a mi lado. En apariencia, sus intenciones de formar parte de una orquesta eran genuinas. Lo tenía todo tan claro y era tan tenaz, que en la primera semana había logrado participar en un par de audiciones para dos de las principales compañías de la ciudad. A ese paso, no me quedaba duda de que pronto lograría pertenecer a una de ellas.
Con mi tiempo enfocado en su totalidad en sacar adelante la misión contra Álvarez y las múltiples actividades de Luciana fuera de la caverna, nuestra iteración era mínima. Podían pasar días enteros sin que hiciéramos contacto físico y por lo general confirmaba su presencia en el bungalow infiltrándome en su habitación para observarla mientras dormía.
A pocas horas de la emboscada, terminé con mis funciones tan pronto como pude. Deseaba llegar al bungalow para pasar un tiempo en compañía de Luciana. Pese a ello, mis planes se vinieron abajo frustrándome la noche.
-Llegas temprano.
-Terminé con mis asuntos pendientes y decidí venir de inmediato. ¿Vas llegando? -pregunté al notar su atuendo.
-No, estoy a punto de salir.
-¿A esta hora?
-No es tan tarde -contestó consultando el reloj en su muñeca.
-Son casi las ocho ¿Puedo saber a dónde te diriges?
-Tengo una entrevista de trabajo.
-¿Y para una entrevista de trabajo te tienes que vestir como una stripper?
-¿Tienes que ser tan majadero? Es uno de mis mejores vestidos.
-Sin duda te hace ver hermosa. Pero no deberías andar así por la calle.
-Para eso pusiste a tus gorilas, ¿no? Se supone que deben cuidar de mí.
-¿Puedo saber con quién es esa entrevista?
-Es con el director de la orquesta donde hice mi última audición. Cenaremos juntos.
-Pensaba que los contratos se finiquitaban sobre un escritorio.
-Son relaciones públicas, Leonel. Antes de decidir si me aceptará como chelista quiere saber más acerca de mi experiencia.
-¿Ya le llaman así? -pregunté incómodo.
-¿Qué estás insinuando?
-No insinúo nada, solo me llama la atención que te cite en un restaurante para hablar de cuestiones laborales.
-No tengo tiempo para esto, voy tarde. Te veo mañana.
-Trata de no llegar muy noche -agregué.
-De no ser así ¿me mandarás a mi cuarto sin cenar?
Intenté alcanzarle el brazo para detener su huida, sin éxito. Salió tan deprisa que no tuve tiempo para agregar nada más.
Por supuesto que los custodios tenían la consigna de mantenerme informado de los sitios a donde se desplazaba. En cuanto recibí el informe de su llegada al restaurante, mi cólera incrementó. El lugar que el director había elegido para que se llevara a cabo la cena, resultaba ser uno de los más lujosos del sur de la ciudad. Las severas dudas de que esa se tratara en exclusiva de una cita profesional tomaron fuerza.
Le indiqué al custodio que era preciso que no le quitara la vista de encima. Debía monitorear a cada instante cualquier movimiento de su anfitrión teniéndome al tanto de lo que sucedía en esa mesa.
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Sobreviviendo a tu amor
RomanceLeonel Medina es un sicario despiadado; por sus venas corre la sangre de un asesino que no se tienta el corazón para cometer los más atroces crímenes. Sin imaginarlo, encuentra el amor donde menos se lo espera, no obstante, el destino se encarga de...