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Amity Pov

En la jerarquía del poder, el alfa siempre es representado en la cima. La gente piensa que somos superiores nada más porque si, pura mierda, los alfas somos seres inútiles, cuando se trata de controlar nuestros instintos, una vez que el lobo toma el poder, estás perdido.

Mi nana siempre me decía, para tratar de animarme cuando algo no me salía bien o al menos como yo esperaba:

“Es imposible no meter la pata al menos unas cien veces en tu vida al año,  no todo es felicidad y no todo sale perfectamente"

Sus palabras siempre me parecían sabías, pero el error que cometí, no era algo que pudiera solucionar de ninguna forma. Cuando era menor, soñaba con conocer a esa persona ideal, como lo hacían los protagonistas de las novelas que veía mi mamá: una persona hermosa, a la que amar y me amara solamente a mi. Mi objetivo se volvió, encontrar a mi omega predestinada y formar la familia más feliz del mundo, como en las películas.

Obviamente, eso no pasó. Solo eran fantasías inútiles de mi parte.

— Perdón — dije lo primero que se me vino a la cabeza y me senté a lado de la omega, tratando de mostrar una mejor parte de mi: use mi saco para cubrir su cuerpo desnudo — no pude controlarme.

— No, fue mi culpa yo ... — ella lagrimeo, parecía que no sabía que decir — debí usar los supresores. — dijo con un tono de voz lamentoso.

Sentí un dolor en el estómago al verla tan decaída  y sin fuerzas, no era mi culpa solamente, ella si debió haber usado los supresores; sin embargo, mis acciones no fueron las mejores, yo no podía, no sentir lastima por ella. Su vida cambiaría a partir de ahora y sería solamente mi culpa  ¿Que iba a hacer?

— Es que yo ... solo  estaba ahí y tú con ese olor y ... — me arrodille frente a ella — soy de lo peor, no quería lastimarte,  ni hacerte daño.

Sabía que mis palabras no mejora rían mis actos, había cometido uno de los pecados más grandes y me sentía como un monstruo. Había violado a una omega.

— Está hecho y no hay nada que puedas hacer para cambiarlo — la joven me ayudó a sentarme de nuevo, amablemente.

— Me casare contigo lo juro — dije movida por el sentido de la responsabilidad, a la vez que tomaba su ropa del suelo y se la entregaba, no obstante, apenas la roce y ella se estremeció asustada yéndose hacia atrás.

La omega sollozo más fuerte, ocultando su rostro entre las palmas de sus manos, claramente estaba devastada y no podía ayudarla a sentirse mejor, cuando yo era la razón de su dolor. 

— ¿Que le voy a decir a mis padres? ¿Que le voy a decir a Hunter?

Su cuerpo estaba temblando, yo quería ayudarla a cambiarse y arreglarse porque ella no se veía con fuerzas. Le subí los pantalones por sus piernas, no se quejo, pero dejo que hiciera mi trabajo, no porque quisiera que la tocará, más bien porque ya no quería estar desnuda frente a mi.

— ¿Cómo te llamas? — le pregunté

— Me llamo Luz. 

— Yo soy Amity, estudio licenciatura en administración ¿En qué carrera estás? — pregunté tratando de no estar en silencio. Este salón siempre estaba deshabitado. Los únicos que entraban aquí eran los que querían saltarse una clase, como en mi caso: los que querían fumar y algunos otros follar.

— También administración, pero soy un curso mayor que tú.

— Ya veo — de mi boca, apenas y salían sílabas, trataba de pensar en otro tema de conversación para llegar al asunto principal, pues no quería sonar muy ansiosa sobre que pasará con nosotras, al final no se me ocurrió nada.

— Me marcaste — paso su mano por su nuca y toco la mordida recién realizada, sin cicatrizar y que sangraba. La mordida que yo le había provocado mientras abusaba de ella, se quejo por el dolor — Se supone que ya no podremos vivir una sin la otra.

— Eso parece, me siento muy mal por lo que te hice, no voy a dejarte. Eres mi responsabilidad de ahora en adelante.

Fingió una sonrisa.

— Hay otros  que solo dicen “ahora eres mi omega" pero para ti yo soy una “responsabilidad"

— eres mi omega — si eso era lo que quería escuchar; eso le diría.

— Suena raro — dijo triste, ayude para que se pusiera su camisa — la he cagado ¿Verdad?

— Basta. No pensemos  de eso, como tú lo dijiste, ya está hecho.

— Tengo una madre que me ama, un padre que me ama, dos hermanos menores y un novio ¿Que les digo?

— Diles la verdad.

— Que me violaste.

— Si, será mi responsabilidad ya te lo dije, no quiero que te preocupes por nada, solo déjalo en mis manos, yo ... ¿Debemos casarnos?

— No quiero — respondió sinceramente — pero mis padres nos obligaran a casarnos.

— Si mi madre igual.

Solté un suspiro, mamá no estará feliz, nadie lo estaría. Había cometido una acción horrible  y me arrepentiría de ello toda la  vida. Y así se iba mi sueño de la infancia, por no poder controlar a mi lobo frente a una omega en celo.

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𝑬𝒔𝒕𝒂𝒓 𝑪𝒐𝒏𝒎𝒊𝒈𝒐 𝑺𝒐𝒍𝒐 𝑻𝒆 𝑯𝒂𝒄𝒆 𝑳𝒍𝒐𝒓𝒂𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora