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— ¿Se te acaba el tiempo? —dijo Luz poniéndome más presión, pero no estaba dispuesta a rendirme. Moví el caballo, aunque arriesgaba la torre y me quede con un peón.

—Tu turno.

Como ya había previsto mi torre murió. Seguimos jugando hasta que finalmente gané. Luz tomó una almohada y me golpeo con ella.

— Hiciste trampa — hizo un puchero— ya no voy a jugar contigo.

—No hice trampa tu eres una mal perdedora — le dije recibiendo sus golpes, luego se detuvo formando muecas con su cara.

—Voy a vomitar —avisó, la vi bajarse del sillón y correr hacia al baño.

También la vi no llegar y vomitar en el jarrón nuevo de Mamá.

En el que le había comprado para que no estuviera molesta por el jarrón que habían roto los hermanos de Luz en la última cena familiar. Ahora había un desastre asqueroso ahí.

—¿Ya te encuentras mejor? —pregunte desde mi lugar, empecé a guardar el juego de ajedrez y lo deje en un mueble cercano.

No hubo respuesta hasta que finalmente se alejó del jarrón y limpió su boca — Se me salió hasta el alma —bromeo limpiando su boca con la manga de su sudara—voy a limpiar esto.

—No, el jarrón es pesado. Déjalo ahí ahorita lo limpió, mejor sube a cambiarte: manchaste tu playera.

Se miró así misma.

 —Que asco, gracias Amity.

—¡Basta ya!, esto no puede seguir así

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—¡Basta ya!, esto no puede seguir así.

Me quede quieta en el lugar debatiéndome entre irme o ignorar a la pareja que discutía e ir por el libro que necesitaba. Edric y Hunter, al parecer tenían más cosas en común que ser solo amigos de mi esposa.

—¿Y qué quieres que yo haga?

—No te entiendo Hunter.

Como no era mi asunto, aunque mencionará el nombre del ex de mi esposa decidí irme y sentarme lejos de ahí a seguir leyendo y avanzar con otras preguntas hasta que pudiera conseguir el libro.

Aunque se suponía que la biblioteca era un lugar silencioso vi alguien entrar como un rayo haciendo un gran escándalo.

— ¡Santa mierda! —gritó respirando agitadamente y llevando su mano a su pecho.

Unos chicos se detuvieron en la puerta de la biblioteca y no se atrevieron a entrar viendo a los lectores que los fulminaban con la mirada, yo era una de ellos. Seguí con mi investigación y de reojo vi la jovencita, caminaba nerviosa como si no supiera que hacer. Curiosa criatura.

—¿Buscabas algo? —pregunte cuando paso por mi lugar.

Me miró nerviosa ocultando sus manos en los bolsillos de sus pantalones.

—Sólo pasaba por aquí, doy un tour — susurro para no molestar. No parecía tímida y gritaba coquetería por todos lados.

— A mí me parece más bien que te escondes.

Sus cachetes se hincharon en un puchero.

—Bueno... pues... —se cruzó de brazos— no es tu asunto.

—Lo es — dije — Soy vigilante estudiantil y no puedo permitir el acoso escolar — claramente mentí.

—¡Eso no existe! —gritó y se calló cuando sintió miradas fulminantes en su espalda.

— Claro que sí, pero somos una organización secreta.

—Mentirosa —susurro muy cerca de mi haciendo sus ojos más pequeños.

—Soy Amity — dije.

Me miró de arriba a abajo: —Soy Willow mucho gusto, soy nueva por aquí.

—Ya me di cuenta.

Sonrió mirando mis libros. Alcé la vista cuando vi pasar a un furioso Edric hacia la salida.

Supuse que era hora de ir por el libro.

𝑬𝒔𝒕𝒂𝒓 𝑪𝒐𝒏𝒎𝒊𝒈𝒐 𝑺𝒐𝒍𝒐 𝑻𝒆 𝑯𝒂𝒄𝒆 𝑳𝒍𝒐𝒓𝒂𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora