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— Espera Hunter, por favor, espera — Luz se quejo nerviosa, entrando al baño de hombres de la escuela.

Cuando estuvo dentro del cubículo con su espalda contra la pared, se dejó, besar y beso también; con su lengua moviéndose en sincronía con la del mayor y sus manos apretaban la cabellera de Hunter. Sus acciones podrían considerarse estar en el límite de inmoral y aún así, no había forma de que pudiera detenerse.

Siempre sentía ardor y asco al besar y dejarse mimar por Hunter y sin embargo aguantaba todo. Porque estaba enamorada de él, porque había soñado ser su omega y no de otro.

Ambos se quedaron quietos y con las respiraciones casi cortadas  cuando escucharon pisadas desde afuera del cubículo.

— Ya verás que todo saldrá bien, casarse no es el fin del mundo — había dicho alguien y ambos se pusieron tiesos.

— Es que no me siento preparada ...

Luz se acercó más al alfa, escondiendo su rostro en el pecho de Hunter. La omega podía reconocer esa voz en cualquier parte.

— ¿Pasa algo Amity? — pregunto la misma desconocida voz.

— No, nada. Vámonos ya.

Luz se dejó caer en el retrete, pasando sus manos por su cara tallandola con fuerza, sintiéndose como una traidora y aún más nerviosa por ser descubierta. Una vez más comprobaba el poder del lazo que la unía; Amity podía saber cuándo su omega estaba cerca.

— ¿Que estoy haciendo Hunter? Ella me olió, sabe que estaba aquí con alguien más.

— No, no lo hizo — nego el mayor y Luz se levantó solo para abrir la puerta y salir, fue hasta el lavabo y se limpio la cara. Se sentía la peor de las  personas, había sido demasiado egoísta; con Hunter, con Amity, solo pensaba en ella.

— Lo hizo,  yo sabía que era ella por su olor incluso antes de que hablara, me estoy comportando como una puta y no quiero hace eso — empezó a llorar — ¿Por qué me a pasado esto a mi?

— Luz, tranquila amor. No pasa nada, ella sabe que no la amas.

— Y no me está pidiendo amor, me pide respeto y lo merece, lo que estamos haciendo está muy mal, debemos parar.

— No me pidas eso ahora.

— Me caso mañana Hunter, ya no, no podemos — Luz abrazo al mayor de forma inesperada, sorprendiendolo, luego lo beso rápido y se separó para verlo a los ojos — Lo siento Hunter, te
amo,  pero debe para

Luz se  dejó caer en su cama mirando el techo de su habitación, serían los últimos momentos que lo vería ya que había quedado en mudarse con Amity después de la boda; una ceremonia sencilla  con sus padres y algunos conocidos

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Luz se  dejó caer en su cama mirando el techo de su habitación, serían los últimos momentos que lo vería ya que había quedado en mudarse con Amity después de la boda; una ceremonia sencilla  con sus padres y algunos conocidos.

Luz, aparte de sus padres y hermanos; solo había invitado a Gus y Edric, a quienes consideraba sus mejores amigos. Los cuales, cuando les dió la noticia, solo le dieron palmaditas en la espalda y le desearon suerte. Fue una sorpresa para ellos, no la criticaron que no usará los supresores y eso era todo lo que necesitaba. Las cosas se estaban moviendo muy rápido como para poder asimilar todo.

No tuvo el valor de invitar a Hunter porque sería una descarada y porque muy  probablemente no pudiera responder  “si" frente al juez, si su Hunter estubiera ahí.

Miro las cajas de mudanza y su vestido colgado en la puerta del ropero. Ni  siquiera había hablado con la alfa después de que seguramente la descubriera en el baño.

¿Y si cancelaba la boda?

Se apresuró a tomar su teléfono para llamarla, sería comprensible que la alfa desee cancelar la ceremonia después de lo de la mañana y Luz sabía que no podía quejarse si aquello pasará, tampoco iba a hacerse la indignada, porque no estaba en su derecho.

Miro un mensaje y se dejó caer de nuevo a la  cama.

Espero que hayas disfrutado tu despedida de soltera porque después de nuestra boda  quiero que respetes nuestro lazo."

Amity.

𝑬𝒔𝒕𝒂𝒓 𝑪𝒐𝒏𝒎𝒊𝒈𝒐 𝑺𝒐𝒍𝒐 𝑻𝒆 𝑯𝒂𝒄𝒆 𝑳𝒍𝒐𝒓𝒂𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora