𝑬𝒔𝒕𝒂𝒓 𝑪𝒐𝒏𝒎𝒊𝒈𝒐 𝑺𝒐𝒍𝒐 𝑻𝒆 𝑯𝒂𝒄𝒆 𝑳𝒍𝒐𝒓𝒂𝒓

13

Luz estaba llorando en la mañana en el baño, de verdad que odiaba ver a las personas llorar.

Me ponía ansiosa y no podía hacer nada para calmarla porque era mi culpa que estuviera así. Había sido muy dura con ella, toque a su habitación y sin esperar respuesta entre. Ella me miro y se escondió debajo de la cobija, de nuevo me hacía sentir como si yo fuera un monstruo.

— Perdón — le dije y logré que asomará su cara — fui muy dura y poco comprensible, no entiendo del amor y por eso no entiendo porque querías que Hunter te marcará y tienes razón no es mi asunto.

— Pues, gracias supongo —dijo tímida— perdón por lo que hice, no debí, sé que te duele porque a mí también me duele cuando estoy con él.

—Realmente no quiero que te sientas obligada a nada, ni quiero presionarte, pero... Realmente no sé lo que intento decir, olvídalo sólo respeta nuestro matrimonio, seamos amigas.

La propuesta estaba en el aire y teníamos que tomarla antes de que termináramos matándonos. Tal vez sonaba un poco radical, pero vivir como lo haciamos era un infierno que ya no podía soportar.

— Está bien lo intentaré.

Al menos lo intentaría, saque los boletos de la cartera y se los mostré.

—Podemos ir al cine si quieres, tengo boletos.

— Gracias — los tomo con una sonrisa— son para esta noche.

—Sí los compre ayer antes de... Bueno eso, podemos ir saliendo de la escuela.

Asintió —¿Me comprarás palomitas?

—Todas las que quieras — pasé mi mano por su cabello y lo revolví— me voy tengo que cambiarme para la escuela.

—Si yo también.

Tomé a Luz del brazo y caminamos hacia nuestra sala, ella me miró nerviosa, pero sólo me regalo una sonrisa plana.

Entonces la solté, un paso a la vez. Nos sentamos en medio de todos los lugares y se veía bastante contenta con sus palomitas.

—Supongo que cuando dijiste que veríamos una película si era ver una película — dijo sin dejar de ver la pantalla.

—¿Ah? —le dije sin entender.

Ella se río —Eres muy inocente, cuando Hunter me invitaba a ver una película siempre estábamos en los lugares de atrás y entonces ahí —se sonrojo— olvídalo.

— Creo entenderlo — le dije y luego alcé una ceja—¿Querías que lo hiciera?

Se puso más roja de lo que estaba y negó una y otra vez —Estuve pensando, en cómo rechasarte si lo intentabas, todo el día.

Me eché para atrás en mi asiento y negué 

—No estoy interesada realmente. —
Me miró incómodamente, no parecía dolida, más bien indignada.

—¿Estas diciéndome que no te gusto físicamente?

—No lo haces.

Respondi de forma sincera, ella hizo un puchero y se veía muy tierna. Luz era una chica bonita, pero siempre me gustaron mucho más pequeñas que yo, Luz era sólo un centímetro o dos más baja, además de eso prefería rostros asimétricos y con ojos grandes. Pero supongo que eso sólo eran mis fantasías.

— ¿Entonces crees que soy fea?

— No precisamente, sólo tengo gustos diferentes — dije robando un poco de sus palomitas, ella me dio un manotazo.

— Nunca fui particularmente la chica que destacaba por su belleza —admitió — creo que la única persona que me llamo hermosa fue Hunter, ves — dijo — imposible no enamorarme de él.