𝑬𝒔𝒕𝒂𝒓 𝑪𝒐𝒏𝒎𝒊𝒈𝒐 𝑺𝒐𝒍𝒐 𝑻𝒆 𝑯𝒂𝒄𝒆 𝑳𝒍𝒐𝒓𝒂𝒓

23

— Por favor no le pongas Hunter—rogué a Luz y ella sólo sonrió negando con la vista clavada en el libro de nombres. Quise sonar como si bromeara, pero hablaba muy enserio.

—Si vuelves a mencionarlo voy a ponerle ese nombre —amenazó moviendo su mano para alcanzar una galleta con chispas de chocolate que nana había preparado— ¿Qué te parece Daniel?

—Umm, no me gusta mucho, escoge otro.

—¿Daniela?

—Es casi lo mismo, mejor escoge el nombre tu sola, odiara elegir un nombre y que le termines poniendo otro o que Hunter busque otro.

Eso seria lo peor que podia pasar, emocionarme por un niño que no es mío. Sabia que lo iba a querer, pero seguiría siendo el hijo de otro alfa y no se cuanto Luz quiera que me involucre con el infante.

—Pero quiero que tú lo elijas — Luz hizo un puchero sin dejar de comer. Su declaración me hizo más feliz de lo que me gustaría. Si yo le ponía un nombre al niño, lo sentiría como algo mío.

—Entonces ponle Martin.

Luz sonrió no muy de acuerdo.

—Me gusta más Félix.

— Félix es un nombre perfecto.

—Entonces que sea Félix  — bromeó cerrando el libro y acomodando su cabeza en mis piernas. Un hábito que descubrí, le gustaba junto con mis caricias en su cabello.

—Tengo los pies hinchados y estoy gorda — dijo — ya quiero que nazca para ponerme a hacer ejercicio y estar guapa.

—¿Ah? — pregunte curiosa, para mi se veía perfecta — pero si te ves preciosa con tu pancita, eres como una bolita.

— Que me digas que soy una bola, no me hace sentir mejor —volvió a hacer pucheros tiernos — ¿Pero crees que soy preciosa?

— Lo eres —le dije con sinceridad pellizcando cariñosamente su perfilada nariz con mis dedos, me preguntaba en que momento fue que comenzamos a volvernos cercanas — ¿Por qué lo preguntas?

— Antes dijiste que no te gustaba físicamente y ahora me dices que soy preciosa, ya decídete.

— Se vale cambiar de opinión —mencione y ella me miró detenidamente, sin decir nada acaricio mis mejillas con sus manos. Me preguntaba si había algo oculto en ese acto o era sólo mi imaginación.

Él teléfono sonó y lo alcancé en el buró. Luz me miró mientras yo hablaba con Willow.

— Quieren que vaya a una fiesta.

— Sólo no bebas mucho se podrían aprovechar de ti.

Sonreí.

—Nadie se va a aprovechar de mí.

— Es una lástima — hizo un puchero— nuestro bebé va a extrañarte toda la noche.

—¿Estas pidiéndome que me quede? 

Luz asintió.

—Duerme conmigo.

— Ah... Bueno yo... Este... Le diré a Willow que será para la otra —simplemente no pude decirle que no. Quería ser mas cercana a ella, ya había aceptado que estaba enamorada de mi esposa, y quería que ella me quisiera. Aunque sea sólo un poco. 

Luz me lanzó mi teléfono con una sonrisa en su rostro y apenas lo logré atrapar.

—"Oh amiga ya te tienen dominada, ¿Quién es la mandilóna?"

Decía Skara al otro lado de la línea, pero no me importaron sus burlas así que colgué y me metí en la cama después de apagar las luces y encender la lámpara de noche.

Luz se acurrucó en mi pecho, algo difícil por su enorme barriga separándonos. Cerré mis ojos y a los pocos minutos sentí algo tibio sobre mis labios.

Abrí los ojos encontrándome con la vista de Luz con los ojos cerrados uniendo sus labios a los míos, yo me quedé tiesa sin saber que hacer por la sorpresa, Luz se separó y susurra sobre mis labios .

— Corresponde Amity.

Fui lo último que dijo porque, segundos después, tenía mis labios saboreando los suyos, besándola como si no volviera a pasar nunca.