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Tomé la mano de Jay jugando con sus anillos, checando sus uñas y de vez en cuando le mordía los dedos. Estoy tan aburrida, lo único que he escuchado desde que llegué es marcas, dinero, preciosos y cosas pretenciosas.

— Hace mucho que no veo a Joy, ¿Está por la ciudad?.

—...

— Ah, entiendo, igual sigo insistiendo en que deberías venir a mi casa, juro que esta vez no haré nada muy picante.

—...

— ¡No lo haré!. Anda, ven.

Hice un puchero y tomé sus manos entre las mías, lo miré suplicante  intentando convencerlo con mi hermoso rostro, pero el volvió a negar.

— Eres malo, ahora solo tienes ojos para tu novio Dani... 

Me cubrió la boca antes de que pudiera terminar, así que para que me soltara le lamí la mano y como siempre me soltó limpiando su mano en su uniforme. Comencé a reír mientras que lo abrazaba.

— Perdón, es que no te he visto mucho fuera de la escuela y aún quiero enseñarte a bailar.

Suspiré y volví a tomar su mano para jugar con sus anillos. De nuevo me estaba aburriendo cuando una conversación llamó mi atención.

Soy una chismosa

— Miren su bolso viejo, y siempre usa las mismas converse.

— Tienes razón.

— No me dí cuenta por su apariencia, pero... Daniel Park, no está a la moda.

— Seguramente es pobre.

Volteé hacia Jay quien lucía un poco molesto, el también me miró a mi y supe instantáneamente que pensábamos lo mismo, igual ninguno dijo nada.

— Oigan, ¿Se enteraron?.

— ¿Crees que es verdad?.

— Parece un príncipe, pero...

— ¿Se enteraron? Daniel Park es pobre.

— No puede ser.

Los ignoré, igual son unos idiotas. Mejor me voy a ver qué tal está Vasco, no he hablado con el estos días y ¿Qué tal si se murió?.

— Ahora vengo, si viene el profesor dile que salí al baño.

— ...

Me levanté y salí del salón, la verdad es que no sé muy bien como llegar al salón de arquitectura, pero no creo que sea tan difícil llegar ahí.

Seguí caminando por los pasillos, rezando para no encontrarme con algún maestro o  coordinador. Y justo en ese momento alguien me tomó el hombro.

¿Estoy muerta verdad?.

Volteé lentamente y dejé escapar el aire que estaba conteniendo cuando vi que el que estaba detrás de mí era el tipo de los lentes horribles de la cafetería. Vin creo que se llamaba.

— Eres linda y lo que sea... Anota tu número.

Me extendió su celular mientras que la chica rubia atrás de de el se veía fastidiada y a la vez tan guapa. ¿Qué le dan de comer a esta gente que siempre es tan linda.?.

— ¿Disculpa?.

— Que anotes tu número.

— ¿Sabes? Deberías de ser más amable al pedir el número de alguien, ¿Esto alguna vez te ha funcionado?.

Vin iba a decir algo cuando la rubia intervino, haciéndolo a un lado.

— No, nunca le ha funcionado, por cierto, soy Mary Kim.

𝐴𝑛𝑜𝑡ℎ𝑒𝑟 𝑊𝑜𝑟𝑙𝑑 / 𝐿𝑜𝑜𝑘𝑖𝑠𝑚 𝐹𝑒𝑚 𝑅𝑒𝑎𝑑𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora