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Moví las piernas de atrás hacia adelante, los asientos que Jake tiene en este lugar son demasiado altos para mis piernitas de molcajete. Funcí el entrecejo al ver a Jake reír despacito, pensando que no me doy cuenta de eso.

— ¿Puedes dejar de reírte?.

— Lo siento, es solo que eres muy pequeña.

— Soy promedio, todos en este país son gigantes.

Puse los ojos en blanco y bajé de un salto para poder ir hasta el, colgandome de su brazo. Estos días ha estado un poco extraño, así que quiero saber que sucede, pero en cuanto intentó ver un poco sube su hombro y me lo impide.

— Últimamente estás raro, ¿Qué sucede? -decidí confrontarlo.

— Nada, estás algo paranoica.

— Está bien, no me lo digas, pero lo descubriré y si es algo malo te juro que te golpeare.

Me alejé y fuí por mis tenis y mi sudadera. ¿Cómo no voy a estar enojada? Pensé que teníamos una linda amistad y luego esto, solo me preocupo por el, no es justo.

— ¿A dónde vas?.

— A algún lugar, ojalá te den calambres en las dos piernas y te caigas.

Lo último lo murmuré mientras que me sentaba en la cama poniéndome los zapatos, pero cuando quise pararme Jake ya estaba delante de mi con el entrecejo fruncido.

— Lai, ¿A dónde vas?.

— Jake, mi vida, mueve tu hermoso culo a un lado o te voy a quitar yo.

Me iba a levantar pero tomó mis manos y se agachó para estar a mi altura, mis ojos se centraron en los suyos. Una intensa pelea de miradas se desató, pero al final terminó suspirando mientras que dejaba caer su cabeza en mi hombro.

— No es que no quiera decírtelo, es que no puedo, no quiero que te involucres en todo lo que está sucediendo.

— Entiendo, pero tampoco quiero que te hagas daño y si algo te está molestando o preocupando yo te puedo ayudar, déjame ayudarte.

— Déjame protegerte.

— Pero...

— Laila, por favor déjame hacerlo.

Tomé su rostro entre mis manos y acaricié sus mejillas, su mirada afligida no me dejó hacer más preguntas, así que terminé por besar su mejilla, para después verlo por unos segundos más y separarnos con una pequeña sonrisa en nuestros labios.

— Bien, pero igual debo irme, tengo que arreglarme porque tengo una junta de negocios.

— Estás creciendo, pero solo en edad.

Puse los ojos en blanco y me coloqué la sudadera. Jake tiene una obsesión con recalcar mi estatura y lo alto que es, lo cual no voy a negar que es un poco divertido, bueno, si es muy divertido pero me gusta hacerme la enojada y sé que el también ama esa dinámica rara y algo vergonzosa. Fuí hasta el y me acerqué para poder jalarlo hacia mi para besar su mejilla.

— Vendré mañana y dile a todos que se preparen porque la cena corre por mi cuenta... Pero habrá mucho alcohol.

— Laila, no.

— Laila si.

Antes de que dijera algo más salí corriendo mientras reía por su rostro de molestia, el odia cuando me pongo a beber con los chicos, sobre todo cuando hago que Jerry beba de más, es que es tan tierno ver cómo habla con tanta admiración de Jake. Salí del lugar y llamé a un taxi, debo apurarme si quiero estar a tiempo.

𝐴𝑛𝑜𝑡ℎ𝑒𝑟 𝑊𝑜𝑟𝑙𝑑 / 𝐿𝑜𝑜𝑘𝑖𝑠𝑚 𝐹𝑒𝑚 𝑅𝑒𝑎𝑑𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora