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Golpeé su pecho con mi rodilla hasta que escuché el hermoso sonido del crujido de sus costillas bajo mis golpes. Me levanté y pateé su rostro.

— No te levantes, aún no termino contigo.

Me acerqué a la puerta y tiré uno de los estantes frente a esta, después la cerré con una barra de metal. Cuando volteé de nuevo sentí un fuerte golpe en mi mejilla, pero no lo suficiente como para tirarme.

— Me das un poco de lástima.

Lo tomé del cabello para después golpear su rostro con mi codo repetidas veces, entonces sentí un golpe en las costillas que sacó el aire. Alcé la mirada y su sonrisa solo hizo que me enojara muchísimo más de lo que ya lo estaba.

Tomé su rostro desde el mentón y apreté con fuerza para después tirarlo, subiendo encima de el para después dar golpes con el antebrazo una y otra vez, todo se nubló a mi alrededor y solo podía ver su rostro cubierto de Sangre.

Entonces recordé cuando estaba en ese cuarto húmedo y oscuro, el olor de la sangre y el vómito volvió a inundar mi nariz.

— Debes hacerlo, preciosa.

— Pero no quiero... No puedo hacerlo.

— Si que puedes -sus manos acariciaron mi cabello-, solo dispara, recuerda todas las veces que el te lastimó...

— Pero si se muere papá va a estar muy triste, es su amigo.

Lo escuché suspirar y después puso sus manos sobre las mías, haciendo que dejen de temblar y colocando mi dedo anular sobre el gatillo.

— Si no lo haces el te matará a ti.

Entonces solo recuerdo el sonido del disparo, mis manos temblando y a aquel hombre con un agujero en medio de los ojos. Cuando maté al hombre que abusó de mi desde siempre, sentí mi cuerpo ser liberado de la presión que me oprimía.

— ¡Laila!.

Volví a la realidad y vi el rostro destrozado del hombre debajo de mi, ya no se movía y temí matarlo, eso hasta que sentí su pecho subir y bajar. Me limpié las lágrimas y vi que a mi alrededor estaba Eli en el piso con sangre saliendo de su nariz, a su lado Choe con un golpe gigantesco en el pómulo. Entonces caí en cuenta de lo que hice.

— Yo... Yo... No quería, perdonenme.

Comencé a sollozar mientras que me acercaba a ellos, pero el rostro de confusión de Eli me lo impidió. Se que debe estar decepcionado y asustado, por lo que es mejor dejar las cosas así.

— Choe... Quiero ir a casa, por favor...

El asintió, me ha visto en peores situaciones, sé que no dejará de quererme por esto. Me levanté y me limpié las lágrimas evadiendo la mirada de Eli, no quiero ver como ahora me tiene miedo, no quiero ver su decepción...

Sentí la chaqueta de Choe sobre mis hombros y luego me abrazó. No pude contener las lágrimas y lloré en su pecho aferrándome a su ropa, aferrándome a la idea de que el es el único que me puede cuidar, el único que puede ayudarme y el único que entiende que es lo que me está sucediendo.

— Laila... Yo...

— Por favor no digas nada Eli, olvida lo que viste y siento mucho lo que te hice.

Me separé de Choe y caminé a la salida sintiendo mi cuerpo temblar. El pasó su brazo alrededor de mis hombros y me abrió la puerta, enseguida las miradas fueron directamente a mi, todos se acercaron corriendo y yo me hice cada vez más chiquita.

𝐴𝑛𝑜𝑡ℎ𝑒𝑟 𝑊𝑜𝑟𝑙𝑑 / 𝐿𝑜𝑜𝑘𝑖𝑠𝑚 𝐹𝑒𝑚 𝑅𝑒𝑎𝑑𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora