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⚠︎𝖢𝗈𝗇𝗍𝖾𝗇𝗂𝖽𝗈 𝗌𝖾𝗑𝗎𝖺𝗅 𝖾𝗑𝗉𝗅𝗂𝖼𝗂𝗍𝗈⚠︎

Los labios de Goo son ágiles al igual que su lengua, con solo un beso puedo saber lo bueno que será lo demás. Al igual que sus labios sus dedos no dejan de moverse hasta llegar a mi coño, dando unas cuantas caricias y esparciendo mi humedad, haciéndome jadear al sentir sus dedos fríos.

— Es tan bueno poder sentir lo emocionada que estás por tenerme dentro.

— Era un tema que teníamos pendiente.

Tomé el borde de su playera y la levanté después tirándola a un lado, mi mirada se concentró en su abdomen, el color de su piel, como sus músculos se marcan y tensan con el pasar de mis dedos, es tan liso y perfecto que es digno de un modelo y no de un peleador.

— Oye, debemos estar en igualdad de condiciones.

Tomó la toalla y la bajó hasta mis caderas, sus manos primero fueron a mi cintura apretandola, después subieron hasta tomar mis pechos con cada una de ellas, presionando mis pezones haciendo que todo mi cuerpo tiembla con ese simple acto.

— Me gustan tu perforaciones, solo tú podrías lucirlas tan bien.

— ¿Sabes cuál sería un gran regalo? Piezas nuevas, he pensado en...

— Solo envía la imagen y yo te las conseguiré.

Sonreí complacida y gemí alto cuando tomó mi pezón entre sus dientes y lo estiró, no dejó el otro sin atención pues su mano toma y aprieta el otro, presionando insistente el otro.

Antes de que pudiera seguir con mis piernas me abracé a sus caderas y le dí la vuelta quedando encima de el. La toalla se quedó enredada en mis caderas y bajó un poco más cuando me incliné hacia adelante para besar su pecho, dejando marcas húmedas y rojas, pero lo más placentero son los sonidos que salen de la boca de Goo.

Sus manos no tardaron en deshacerse de mi toalla y después tomar mi trasero con fuerza, moví las caderas de atrás hacia adelante y bajé una de mis manos para desabrochar su pantalón, metiendo esta hasta encontrar su erección, la cual tomé entre mis manos y comencé a masajear, moviendo la mano de arriba hacia abajo lentamente. Sus gruñidos no tardaron en aparecer a la vez que sus manos se aferraban a mi trasero.

— Eres cruel, solo déjame metertela.

— Solo si puedo controlarlo.

Me separé un poco para poder verlo fijamente a los ojos y se ve tan caliente, las pupilas dilatadas, su mirada juguetona, la sonrisa en sus labios hinchados, el leve sonrojo en sus mejillas y hasta su cabello revuelto lo hace verse aún más guapo de lo que ya es.

— Mierda, solo por esta vez, muñeca.

Sonreí satisfecha y volví a besarlo mientras que levantaba las caderas para deshacerme de su pantalón, no sin antes buscar en sus bolsas un condón el cual encontré. Lo abrí rápidamente y lo coloqué en la punta desplegando el látex a su alrededor.

Una vez listos los dos me separé de nuevo de el un poco para poder ver su rostro mientras que bajaba haciendo que entre en mi. Gemí bajito y justo cuando estaba por la mitad me dejé caer con delicadeza haciendo que ambos soltemos un gemido sonoro.

Sus manos fueron a mis caderas y se aferró a ellas con fuerza haciendo que un ligero escozor aparezca.

— Comienza a moverte.

Susurró cerca de mis pechos, después comenzó a chuparlos haciéndome gemir, yo rápidamente comencé a moverme dando pequeños saltos mientras que me sostengo de sus hombros. La habitación se llenó de gemidos, los sonidos de nuestros cuerpos chocando y los besos intensos que cada tanto nos dábamos.

𝐴𝑛𝑜𝑡ℎ𝑒𝑟 𝑊𝑜𝑟𝑙𝑑 / 𝐿𝑜𝑜𝑘𝑖𝑠𝑚 𝐹𝑒𝑚 𝑅𝑒𝑎𝑑𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora