Cuando me descuide un momento aquella chica ya no estaba en la pista de baile. La busqué vagamente con la vista para encontrarla dormida en la barra. Reí y me acerqué a ella.
- ¿Hace cuanto cayó? - pregunté al coctelero
- Hace nada, pidió otro vodka y al primer trago se desvaneció. Más le vale despertar porque no ha pagado.
- Ten, gracias. - le dí unos cuantos billetes para después tomar a la chica y cargarla en mis brazos.
Me dirigí a la salida del personal para que nadie me viera extraño. Pensarían que la estoy secuestrando aunque prácticamente lo hago porque está inconsciente. La llevé a mi auto, la acosté en los asientos de atrás para que fuera cómoda. Llegamos y volví a cargarla.
Nada más entrar me recibió Moni, mi perrita que desde siempre me ha hecho compañía.
- Ahorita no Moni - dije mientras subí las escaleras con la chica aún en brazos
La recosté e intenté despertarla pero me percaté que no estaba dormida, sino desmayada. Me empecé a preocupar y llamé a un amigo médico para que fuera de inmediato a checarla.
- Tiene leucemia - afirmó mi amigo
Se debilitó de más con el alcohol y por eso se desmayo, está bien, dejala descansar y mañana despertará.- Muchas gracias Mario, tenía miedo de que le fuera a pasar algo.
Así que leucemia. No podía creerlo. Una chica tan joven como ella sufría de una enfermedad tan cruel como el cáncer. A su corta edad tenía que disfrutar de su vida, pero la leucemia se lo impedía.
Me quedé pensando un rato para después concluir que debía cambiarla para que estuviera más cómoda. Fui a mi closet y saqué una camiseta que seguro le quedaría enorme.
Me dispuse a desatar su top tipo corset que apretaba y dejaba ver sus pequeños pechos. Una vez terminé se lo quité dejándola en sostén. Después bajé el cierre de su falda y con cuidado la baje por sus piernas. La miré un poco y me sonrojé al tenerla en ropa interior sobre mi cama. Intenté no pensar en eso y le puse rápidamente la camiseta. Cubría apenas la mitad de sus muslos, así que servía perfectamente como pijama. Retire su maquillaje con toallas humedas para sorprenderme de lo bien que se veía aun sin maquillaje. Estaba de acuerdo con que nunca había visto a una chica tan linda en su vida.
Pudo percatarse de sus ojeras y parpados amarillos, indice de la leucemia. También tenía marcas de piquetes por todo el cuerpo. Me daba tristeza pensar en que sufría de algo así.
No le dí más importancia y cerré la puerta de la habitación para irme a dormir a la sala.
Al día siguiente me levanté temprano para irme a trabajar al casino ya que tenía importantes reuniones a las cuales asistir. Le dejé una nota a aquella chica que aun dormía en mi cama con la empleada de limpieza.
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Desperté con un horrendo dolor de cabeza. Sentía aún un pitido en mis oidos. Abrí los ojos y me encontraba en una lujosa habitación con una camiseta que no recordaba haberme puesto.
- ¿Qué putas habré hecho? ¿cogí con alguien? - chille poniendo las manos en mi cabeza.
Me paré de la cama y temerosa abrí la puerta de la habitación. Salí y vi que la casa era una enorme mansion. Había cuadros y jarrones que probablemente valían más que mi casa. Tragué saliva y seguí caminando a unas escaleras para encontrarme con una ama de llaves.
- Hola señorita...
- Emma, me llamo Emma.
- Emma - sonrió - El señor Quackity le dejó una nota, me dijo que cuidara de usted.
Tomé la nota y decía:
Hola chica que no sé su nombre.
Ayer te desmayaste en el casino y no te quise dejar sola así que te traje a mi casa. No te preocupes, no te hice nada mientras estabas inconsistente.
Quédate para la comida, quiero saber tu nombre.
- Quackity
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Las Nevadas
FanficEmma Smith, una chica de apenas 18 años que sufría de leucemia desde los 12, que había pasado toda su adolescencia y probablemente su juventud también en una camilla de hospital por culpa de un cáncer que se le había diagnosticado a los 12. Había si...