Capítulo 19

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Me levanté en la madrugada con Quackity a mi lado, estaba profundamente dormido. Miré alrededor de la habitación y todo seguía exactamente igual a como lo recordaba. Seguía su guitarra colgada y sonreí al recordar esa vez en la que me cantó.

Aparté gentilmente su brazo de mi cuerpo ya que estaba abrazándome. Me paré y me puse una de las camisas de Quackity. Luego tomé una sabana y me enrollé en ella para salir al balcón y fumar un cigarrillo. No sabía cuando se había vuelto una adicción mi consumo de tabaco, antes lo usaba para calmar mis nervios y ansiedad, ahora a lado de Quackity ya no lo necesitaba más.

Le dí una última calada y lo tiré al piso. Observé la luna llena y las estrellas pensando en qué seguiría ahora que estoy con Quackity, porque antes mi único objetivo era regresar a su lado.
Ahora tendría que buscarle un sentido a mi vida, aunque tengo muy claro que quiero servir a Las Nevadas hasta el resto de mis días.

Estaba adentrada en mis pensamientos cuando sentí como alguien me abraza por la espalda.

- ¿Qué haces despierta a las 4 de la mañana? - dijo Quackity somnoliento

- Nada, solo estaba pensando

- Todo bien?

- Sí - dije volteandolo a ver regalandole una sonrisa

- Está bien, ven, regresemos a la cama - dijo para después darme un tierno beso en los labios

Volvimos a la cama, esta vez era yo quien abrazaba a Quackity aferrandoms a él.

- Nunca te vayas de mi lado - dije

- No lo haré

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Quackity's pov

Eran las 9 de la mañana cuando me desperté. Seguía Emma dormida así que me levanté tratando de no despertarla y me dirigí a la cocina. Me dispuse a preparar el desayuno para los dos, después de una hora terminé.

Regresé a la habitación para despertarla pero me sorprendió verla ya despierta.

- El olor de la comida te despertó? - dije acercándome a ella para depositar un lindo beso en sus labios.

- Algo así - rió - huele delicioso

- Ven, se va a enfriar

Empezamos a comer y me alegró ver como Emma disfrutaba de la comida. Era un sábado por la mañana y como le había dicho a ella, quería que este fin de semana no trabajaramos para pasarlo juntos y recuperar el tiempo perdido.

- Y qué haremos hoy? - dijo Emma dejando su plato en la lavavajillas

- Tenía pensado llevarte a un lugar

- A dónde iremos?

- Ya lo verás, alistate y lleva un cambio de ropa - le dije posando mi mano sobre su cabeza desacomodando su cabello

Ella asintió y subió las escaleras. Pude escuchar el sonido de la regadera, así que me dispuse a hacer una pequeña maleta para el viaje. La ví salir envuelta en una toalla con su cabello mojado. Se veía tan jodidamente linda que me daban ganas de volver a hacerla mia.

Ella me miró y me sonrió haciéndome la seña de que saliera para que pudiera cambiarse. Reí y salí de la habitación.

- Estoy lista - dijo emma sonriendo

- Vamonos entonces - dije dirigiéndome al coche

- Y ahora me vas a decir a dónde iremos? - dijo abriendo la puerta del coche

- Es una sorpresa Emma deja de ser tan impaciente - reí

- Aghhh!! - dijo arrugando su nariz

Ese tierno gesto había hecho que mi corazón se ablandara como nunca. Solté una risita y besé la punta de su nariz.

El camino fue de unas dos horas, Emma se la pasó dormida casi todo el viaje. Cuando despertó miró los paisajes y admiraba el lindo color del cielo.

- Llegamos

La había traído a una cabaña en medio de la nada. Quería desconectar un par de días y que mejor que hacer con Emma. Había un río de agua dulce a justo unos minutos andando, la cabaña tenía una chimenea y suficiente espacio para los dos.

- Es hermoso! - dijo Emma saliendo de carro corriendo a la cabaña

El lugar estaba rodeado de una hermosa fauna. Las flores, árboles, césped eran de colores brillares y vivos, el aire que se respiraba era tan puro que no se encontraba en ninguna ciudad gracias a la contaminación.

Nada más llegar acomodamos nuestras maletas en la cabaña y nos despojamos de nuestra ropa para entrar totalmente desnudos al río que estaba frente nosotros.

- Seguro que aquí no viene nadie? - dijo Emma con un tono carmesí en sus mejillas cubriendo sus pechos con sus manos

- No, no te preocupes por eso - dije acercándome a ella lo suficiente para sentir nuestros cuerpos rozandose sobre el agua.

Nos divertimos un largo rato, nadamos a lo largo de río varias veces. Intentábamos no besarnos porque sabíamos que una vez empezábamos no podríamos parar. Estábamos jugando a lanzarnos agua cuando derepente escuchamos truenos dando seña de que empezaría a llover.

- Ven Emma, rápido! - grité saliendo del río

La ayudé a salir y la cargué hasta la cabaña. La lluvia fuerte y los relámpagos estaban asustando a Emma, lo sabía por su semblante preocupado. Pude notar como temblaba del frío y del miedo así que fui a buscar nuestras toallas.

- Toma - dije rodeando su cuerpo en la toalla - Todo va a estar bien

Intentaba calmarla, así que prendí la chimenea y nos sentamos justo en frente de ella aún con nuestros cuerpos desnudos enrrollados en las toallas. La abrazaba para darle calor, y podía notar como poco a poco se quedaba dormida.

- Quackity, tengo sueño - me dijo tallandose los ojos

- Vistamonos y vayamos a acostarnos en la cama - sonreí

Emma se puso su pijama y yo la mia, le di un tierno beso para después dormir abrazados.

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Me levanté más temprano que Quackity. Me rodeaban sus cálidos brazos así que intenté levantarlos sin despertarlo pero fallé. Sus ojos comenzaron a abrirse y le sonreí.

- Buenos días cariño

- Buenos días Emma, qué haces despierta tan temprano?

- Me levantó la luz del sol de la ventana

- Ya veo - dijo acercándose a mi depositando un corto beso en mis labios

- ¿Tienes hambre? - dije levantándome

- Algo

- Déjame cocinarte algo entonces - sonreí

- Está bien, solo por hoy - dijo devolviendome la sonrisa

Le prepare algo sencillo a Quackity ya que no teníamos mucha comida. No tardabamos en regresar a Las Nevadas y ahí seguro comeríamos de nuevo. Terminamos de desayunar y nos cambiamos de ropa para después dejar la cabaña.

- Voy a extrañar este lugar - dije subiendome al coche.

- Algún día tendremos que regresar - me sonrió

Una vez llegamos a Las Nevadas, Quackity me llevó a lo que parecía un restaurante bastante lujoso. Podía notar por la decoración y el servicio que era bastante caro, cosa que me apenaba ya que no vestía mis mejores prendas.

- Me hubieras dicho que vendríamos a un lugar así, me habria cambiado..

- Así estar perfecta amor

Quackity no solía ser así de cariñoso, así que cuando escuché salir de su boca Amor me sonrojé. El lo notó y soltó una pequeña risa que llegué a escuchar.

Pedimos un corte de carne para los dos ya que no teníamos demasiada hambre. Estábamos callados disfrutando de la comida cuando saqué el tema que intentábamos evitar todo el fin de semana.

- Quackity, cuál es tu plan para Las Nevadas..?

Él me miró con un semblante serio, pareciendo que no le había agradado del todo mi pregunta.

- Mañana lo sabrás Emma...


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