Capítulo 7

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Pasan dos meses en los que consigo por fin aprenderme todos los caminos y las partes del interior de Villa Melodía, que así es como se llama el castillo. En este tiempo he intentado todos los días a todas horas probar mis poderes, pero oye, que no hay manera, es como si se hubiesen esfumado de nuevo, y eso es algo que llevo un poco mal porque me siento impotente y muchas veces acabo cabreándome.

Mi relación con mi hermano va viento en popa y cuando me propuso que si quería ayudarle con el restaurante, no lo dudé y le dije que sí, así que llevo dos meses siendo camarera y para mi sorpresa ¡Se me da estupendamente!. Además, he tenido la suerte de contar con Aldo, un italiano rubio de ojos azules que trabaja también de camarero, y que me estuvo explicando los primeros días como funcionaba todo, y porque no decirlo, con el que me he acostado un par de veces porque ante todo soy mujer, y soltera, así que con mi cuerpo hago lo que quiero, cuando quiero y con quien quiero.

A Savannah la veo todos los días, ella trabaja por la noche cantando en un espectáculo que hacen en el restaurante después de cenar, así que durante el resto del día, la tengo rondado por mi lado y quitándome comida de los platos de los clientes. Gracias a ella he conocido a Cam, él es simplemente genial, es un chico encantador, gracioso, guapo, y además, creo que hay algo entre él y Savannah pero por más que le pregunto a mi amiga me lo niega. Tengo que pillar por banda a Cam y ver que pasa ahí. A partir de Cam conozco a Maggie, su hermana melliza, y también amiga de Savannah, los dos hermanos controlan el elemento tierra y cuando un día hablando con Maggie me dice que puede escuchar y sentir a los animales flipo ¡Que puede escuchar a las hormigas! Madre mía, madre mía... donde me estoy metiendo. Me explica que todas las personas que controlan el elemento tierra son capaces de sentir vibraciones a través del suelo y así "ver" y crearse una representación mental del entorno. Alucino.

Siento como mi vida se va ordenando poco a poco y eso provoca, que aunque todavía no haya podido hablar con mi madre, el cabreo con ella va desapareciendo. En estos momentos estoy tumbada en la hierba en uno de los jardines que tiene Villa Melodía, y cuando me doy cuenta tengo entre mis manos el collar de mi madre. Pensaba que lo había perdido, pero la última noche que vi a Gabriel volvió a aparecer en mi cuello por arte de magia, y Savannah me contó que él lo había encontrado en el muelle y lo había guardado, así que deduje que me lo había puesto mientras me besaba sin darme yo cuenta de nada. Gabriel. ¿Dónde estará?. Suspiro, hace dos meses que no le veo ni he sabido nada de él y si no fuese por el cosquilleo que siento cada vez que recuerdo el beso de aquella noche, pensaría que nada fue real. Savannah aunque está preocupada, lo conoce y sabe que estará bien pero yo ya no sé qué pensar.

Me incorporo hasta sentarme y miro las maravillosas vistas que me da el Lago Ness, si no fuese por el frío que hace por aquí siempre este lugar sería perfecto. Teniendo en cuenta que las temperaturas más altas en todo el año son de 18 grados en pleno verano, y las más bajas de menos cero grados en invierno pues no me hace mucha gracia. Estoy acostumbrada a vivir en sitios mucho más cálidos y que haga aquí tanto frío me toca las narices, pero bueno, tendré que acostumbrarme a ello porque después de los últimos acontecimientos, me parece que voy a vivir aquí una buena temporada.

-Tú puedes Iris. -Me digo a mí misma.

Cierro los ojos, me tranquilizo, extiendo la palma de la mano hacia arriba y concentrándome al máximo, intento formar un mini remolino sobre mi mano. Es una de las cosas más básicas que me han dicho que se hace con el elemento Aire así que debería conseguirlo, pero como es de esperar no sucede nada. Resoplo y me acuerdo de todos mis antepasados.

-A mí a veces tampoco me sale.

Escucho de repente una voz de una niña pequeña a mi lado y abro los ojos. Sonrió, es la niña pequeña que he visto por el castillo unas cuantas veces, no debe de tener más de siete años y es monísima, con el pelo moreno y largo y unos ojos muy verdes que me dan envidia enseguida.

AIREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora