El bullicio de las personas resuena por toda la extensión de un establecimiento mientras Seokjin apretuja el tomo de su libro favorito en su pecho. Este escritor le ha inspirado innumerables veces con sus historias, con cada una de sus letras lo han llevado a diferentes mundos donde pasan cosas increíbles, tan increíbles que ha provocado un torbellino en su corazón.
Cada una de las veces en las que ha salido de su hogar ubicado en las afueras de la ciudad, Seokjin viste con ropa holgada, capucha, gafas de montura gruesa, cubrebocas y de vez en cuando una gorra. Esta vez optó por una gorra de lana por el helado viento del invierno que azota la ciudad en estas épocas del año, sin embargo olvidó por completo sus guantes, por lo que ahora mismo sus dedos se encuentran congelándose.
Por lo general no le gusta estar en medio de una multitud de personas, pero esta vez lo vale, ha estado esperando este día desde hace más de tres meses y ni las personas y mucho menos el frío va a detenerlo para conseguir la firma de su autor favorito. Últimamente la firma de libros es lo que más lo distrajo de sus esculturas, algo imperdonable, sin embargo Seokjin dejó a un lado la culpa y se dejó llevar por el fanatismo. De vez en cuando no está mal, ¿verdad?
Cuando se encuentra a menos de dos personas de por fin conocer en persona a su escritor favorito siente un huracán en su estómago que revuelve todo el desayuno de la mañana al ver justo en frente al alfa que hace aproximadamente una semana entró a su estudio ofreciendo cantidades exorbitantes de dinero por una réplica de sus obras hablando con mucha confianza con su autor favorito.
Tan pronto como esos ojos azules eléctricos observaron en su dirección, Seokjin bajó la mirada y con el corazón en pedazos retrocedió un par de pasos, no desea tener un enfrentamiento como el que ya tuvo con Kim Namjoon, mucho menos frente a la persona que admira. No obstante al querer dar otro paso una pared de cuerpos lo detuvo, eran los dos guardaespaldas de Kim Namjoon interponiéndose en su huida.
-¿Pero a quién tenemos aquí?-preguntó Kim Namjoon con una risilla prepotente.
De alguna manera ese alfa supo su paradero. Seokjin era bastante curioso a veces, pero esta no era de esas, no estaba dispuesto a perder ni un solo segundo en pensar cómo es que ese alfa supo dónde se encontraba.
Antes de que Seokjin pudiera decir una palabra los guardaespaldas tomaron sus brazos y con toda la amabilidad con la pudieron tratarlo lo acercaron a la mesa donde Kim Namjoon se encuentra con Jeon Jungkook, el escritor favorito de Seokjin, un beta de sonrisa brillante y muy bien parecido, su rostro angelical parece hecho por las manos más bendecidas del mundo. Aquellos ojos deslumbrantes lo miraron y en esos ojos Seokjin se perdió por un momento, nunca antes había visto ojos tan brillantes llenos de curiosidad.
-¿Lo conoces?-preguntó Jeon Jungkook a Kim Namjoon sonriendo observando con mucha curiosidad a Seokjin, quien quería ocultar su rostro lo más posible.
-Seguramente tu también lo conoces-respondió Kim Namjoon-el año pasado compraste un par de sus obras.
-¿Un par de sus obras?-replicó en voz baja Jeon Jungkook haciendo memoria. Por lo general no suele interesarse en el arte, sin embargo solo hay un artista que ha logrado captar su atención-no me digas que...
-Es Kim Seokjin, el famoso escultor-respondió Namjoon interrumpiendo a Jungkook.
Y justo en ese momento los guardaespaldas quitaron la gorra de lana y el cubrebocas de Seokjin por una orden de Namjoon dejando de esa manera al descubierto su rostro.
-¿Pero qué están haciendo?-preguntó Jeon Jungkook escandalizado poniéndose de pie.
En el momento en el que el rostro de Seokjin estuvo al descubierto tanto personas alrededor como los encargados de la seguridad y el personal de la librería empezaron a tomar fotos con sus celulares y grabar videos de Seokjin haciendo que se sienta incómodo y asustado, pues todos se acercaron cada vez más.
Después de ello todo se convirtió en un caos. Toda Corea del Sur conoce el nombre del famoso escultor, sin embargo su rostro no se muestra con facilidad por doquier como quisiera el público. En algunas ocasiones han logrado tomar un par de fotos de baja calidad y las pocas que existen en revistas son de las galas de sus exposiciones, pero casi siempre está acompañado por su representante o por otras personas, por lo que no estaban dispuestos a perder esta oportunidad de tomarle una foto al tenerlo tan cerca como ahora.
Seokjin al ver la cantidad de flashes apuntando en su dirección no supo a dónde ir, estaba acorralado, las personas cada vez se acercaban más y los guardaespaldas de Namjoon que lo introdujeron a la mitad de la multitud no lo ayudaron en lo más mínimo.
Entonces cuando estaba a punto de sufrir un ataque de pánico alguien lo tomó por los hombros y lo cubrió con una chaqueta. Lo siguiente que supo es que estaba subiendo a una furgoneta.
-¿Cómo te encuentras?-preguntó una voz conocida-¿quieres un poco de agua?
-No gracias, estoy bien, es solo que no estoy acostumbrado a las multitudes queriendo una parte de mi-sonrió nervioso Seokjin.
-En todo este tiempo has sido muy escurridizo de los medios, deberías empezar a acostumbrarte-aconsejó Jungkook suspirando.
-Lo siento-dijo de repente Seokjin bajando la cabeza-eche a perder tu primera firma de libros.
-Tú no hiciste nada, fue Kim Namjoon quien lo arruinó. Adivinaré, él quiere algo que tú tienes.
-¿Cómo lo sabes?
-Siempre actúa de esa manera cuando quiere algo. Te voy a dar un consejo que no me has pedido, pero de seguro te va a servir mucho. Dale lo que quieras y mientras más rápido mejor o...
-¿O?-preguntó temeroso Seokjin al ver que Jungkook guardó silencio.
-Ese alfa va a acosarte día y noche hasta que le des lo que quiere, te va a hartar con su presencia, es como un niño haciendo un berrinche. No se dará por vencido.
-No le puedo dar lo que quiere-replicó Seokjin haciendo un puchero, acción que no pasó desapercibida por Jungkook, quien colocó la palma de su mano sobre su boca evitando reír por tal acción tan adorable.
-A menos que seas tú mismo, no creo que haya nada de lo cual no puedas desprenderte.
-Si alguien te dijera que hagas una copia de una de tus mejores obras, algo parecido o similar a lo que ya has escrito, a lo que ya le entregaste tu alma entera a ello...¿lo harías?
Jungkook observó a Seokjin por un largo momento. Sus palabras fueron tajantes, su determinación asombrosa y la pasión con la que habla de su alma plasmada en su arte le resulta tan encantador. Le recuerda a los héroes de sus obras, aquellos hombres que mantienen su honor y son fieles a lo que creen que es correcto.
-Espero ganes esta contienda Seokjin, voy a estar apoyándote-animó Jungkook a Seokjin.
A Seokjin se le paralizó el corazón por un breve momento al escuchar esas palabras y ver la forma en la que su autor favorito lo estaba observando.
-Gracias-dijo en voz baja evitando la mirada de Jeon Jungkook.
-¿Te llevo a tu casa?-preguntó Jungkook sonriente.
-No, no, no, yo puedo ir solo.
-Entonces...¿podrías darme tu número telefónico?
-¿Mi número?
-Sí, quisiera invitarte a un café en algún momento y hablar de libros o de tu arte.
Seokjin tuvo que reiniciar su mente por un par de minutos antes de responder un rotundo sí y luego recitó los números que por momentos parecían querer desaparecer de su memoria.
Este día no había sido tan malo, no consiguió el autógrafo de su autor favorito pero consiguió su número y una próxima invitación a tomar un café.
Ese Kim Namjooon había hecho todo eso para intimidar pero al final todo resultó demasiado bien para Seokjin, hasta podría agradecerle, pero eso sería aceptar que le debe algo y eso jamás lo haría.

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Canario Dorado (Namjin)
FanfictionEn un dia lluvioso él llegó a la vida de Kim Seokjin, con su mirada seductora, voz profunda y atrayente lo deslumbró por completo, más aún el conocimiento de dejarse llevar por la esencia de un alfa que no estaba dispuesto a tomarlo en serio lo puso...