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Durante los siguientes días Seokjin se encargó de revivir un poco de su vida normal. Fue hasta su casa y tomó su auto, el que dejó ahí porque no tenía dinero para la gasolina y no podía pedirle más favores a Jimin, y Taehyung, bueno no es que no quisiera pedirle favores pero ya había tenido mucho trabajo gracias al pequeño escándalo en el que se vio envuelto, era injusto pedirle más, no obstante ahora que al menos tenía una tarjeta con dinero ya podía costearse al menos la gasolina.

Seokjin pudo respirar tranquilamente sin tener a Kim Namjoon merodeando la casa y pidiéndole que le acompañe a comer, hasta incluso sus comidas eran tranquilas, a veces comía en casa y en otras ocasiones iba a comer con Jimin o Taehyung.

Y la mayor parte del tiempo iba a la habitación a la cual Kim Namjoon llevó a los betas, se quedaba durante mucho tiempo observando la pared pensando en qué clase de escultura le iría bien, pero nada aparecía en su mente, nada a excepción de un semidesnudo Kim Namjoon de pie en el balcón observando el atardecer con una mirada perdida y bellamente iluminado por los escasos rayos del sol.

Esa imagen parecía haberse quedado en la mente impregnado como un recuerdo que no se va pese a los esfuerzos que hace para olvidarlo.

Estudia la iluminación de la habitación, como es que la luz entra cuando el sol se mueve en el cielo, cómo es que las formas pueden ir con el cambio de luz natural y artificial.

Imagina varios escenarios, pero nada como lo que hizo en la escultura de Kim Namjoon y él. Aunque no quiera aceptarlo lo desea, añora aquellas manos grandes rodear su cintura, acariciar su cuerpo y ese grande cuerpo encima, desea ser el que reciba esa pasión y deseo que Kim Namjoon exuda por cada poro de su cuerpo.

Se reprende a sí mismo por desear lo que no puede tener, porque no quiere solo deseo, pasión, intensidad, una noche de placer en la que explota cada sentimiento ardiente en su interior, no, eso sería algo vacío, luego de una noche como esa vendría el vacío, lo sabe, lo siente, casi lo puede palpar con sus manos el dolor que sentiría luego. No quiere volver a sentirse usado, no más, tirado a un lado como una bolsa de basura que ya no sirve.

Por una razón seguía soltero luego de cinco años y no quería volver a recordar porqué había cerrado su corazón.

¿El culpable? Un profesor de la facultad de artes, tuvo una ardiente relación con el alfa, pensó que lo quería, que quería una relación, algo duradero, pero simplemente lo estaba usando y él siendo tan joven creyó en sus palabras, sin darse cuenta que solo lo llamaba cuando quería desfogar sus deseos carnales. Se veían a escondidas, por seguridad decía él, porque no quería arruinar su reputación y su carrera que aún no iniciaba, nada más que mentiras.

Al pasar el tiempo, Seokjin mencionó un par de veces tener citas como las personas normales pero siempre fue rechazado de una forma cálida, luego cruelmente. Con el tiempo las llamadas pararon, los mensajes se volvieron fríos y el trato indiferente, luego supo que el profesor estaba comprometido con la hija del decano de la facultad.

Simplemente así terminó todo, sin una explicación, sin una disculpa verdadera, sin nada, simplemente lo dejó como se deja algo sin importancia y luego lo buscó nuevamente diciendo que lo extrañaba y que lo necesitaba, más mentiras que creyó tontamente, pero nada cambió.

Encuentros fortuitos cada dos o tres meses, noches en las que la pasión llenaba la habitación y luego la helada indiferencia quedaba cuando todo terminaba, ni quisiera lo abrazaba o le daba un beso luego, vaya, ni siquiera se quitaba la ropa por completo, la suficiente como para hacerlo y luego se iba diciendo que no tenía tiempo para quedarse.

El corazón le pesaba toneladas y él simplemente lloraba en la oscuridad repitiendo que debía terminar con todo sin tener la voluntad para hacerlo, solo cuando culminó la universidad y se fue a vivir a un lugar lejano pudo terminar con todo, cambió de número y de correo, solo así pudo terminar las cosas sin hacerlo realmente, desapareciendo como un fantasma que se desvanece en el aire.

-Que no vuelvan a usarte Kim Seokjin-dijo apartando todo sentimiento de deseo muy al fondo donde nadie, ni siquiera él llegaría a encontrarlo.

Luego cuando Taehyung lo halló hizo muy bien su trabajo en las relaciones públicas, mencionando aquí y allá que Seokjin tuvo relaciones largas y duraderas todo el tiempo, solo relaciones serias, de ese modo se encargó que todo aquel que quiera una aventura con un reconocido escultor saliera huyendo.

En estos momentos en el que el pasado resurge de alguna parte, agradece tener a dos amigos como Jimin y Taehyung, quienes lo apoyaron incondicionalmente todo el tiempo, no sabía que haría sin ellos, seguramente ya habría muerto de hambre y con una escultura bella en una habitación.

Ya basta de pensar en el pasado se dijo, lo único que debe hacer es proteger su corazón una vez más como siempre y hacer la escultura que mantiene su mundo de cabeza.

Por tener que estar demasiado tiempo en esa habitación subió una silla del comedor para no mantenerse en pie. Ni en sueños se atrevería a tomar asiento en la cama, no quería ni imaginarse la cantidad de personas que tocaron aquella superficie, el epitelio de la decadencia humana y centro de libertinaje de Kim Namjoon.

Con un cuaderno de dibujo en mano imaginó una posible escultura, cuerpos enredados por todas partes y a Kim Namjoon en medio, algo parecido a lo que hizo en un inicio, pero ahora añadiría muchos betas y mujeres, ¿por qué no?

Al estar inmerso en el dibujo su concentración total fue a parar a los trazos. Por lo general todo un huracán podría pasar a un lado o estar justo al frente y Seokjin no se daría cuenta por lo que no sintió venir a Kim Namjoon a su espalda.

-Mis piernas no son de esa forma-susurró cerca el oído de Seokjin haciendo que diera un respingo y que su lápiz hiciera un trazo que no estaba pensado.

-Todo mi trabajo a la basura-dijo Seokjin tomando el dibujo y haciendo una bola de papel para luego tomar todo y salir de la habitación, pero fue detenido por las palabras de Kim Namjoon que lo dejaron helado.

-La escultura que quiero no la quiero aquí.

-¿Cómo?

-La escultura la quiero en mi habitación.

-¿Y acaso esta no es su habitación?

-Por supuesto que no, ven te mostraré dónde quiero la escultura.

Seokjin sintió los pies de plomo, no deseaba dar un paso para seguir a ese alfa. Era peligroso, lo sabía en fondo de su ser. Todo en ese alfa gritaba peligro, había una luz roja invisible flotando encima de su cabeza y ahora mismo todas las alarmas dentro de Seokjin gritaban que no siguiera menos aún con el escalofrío que sintió cuando Kim Namjoon susurró en su cuello.

Cuando sintió su respiración cerca de su piel, su aroma tan cerca y el calor de su aliento sus piernas se desvanecieron , estaba seguro de que si no hubiera estado sentado habría caído al suelo con el corazón desbocado y con la cara roja.

Su cuerpo ahora mismo empezaba a calentarse desde el lugar donde sintió el cálido aliento de Kim Namjoon, todo su cuerpo estaba en alerta máxima por ese pequeño acercamiento. ¿Qué estaba mal con su cuerpo? Algo en su interior empezaba a arder, era como sentir que un contador de tiempo inició una cuenta regresiva y no estaba seguro de que es lo que pasaría si llegaba a cero.

Canario Dorado (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora