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Gracias por haber esperado, no saben lo mucho que me costó regresar y escribir nuevamente, en verdad agradezco que hayan esperado tanto por mi, me siento demasiado feliz.

Los amo mucho.

Toda esa noche Seokjin tomó su cuaderno de borrador y empezó a dibujar boceto tras bocetos de Kim Namjoon, su figura semidesnuda, aquellos ojos azules eléctricos que parecen tragar por completo cualquier cosa que esté enfrente, esa intensidad, esa fuerza con la que sus movimientos demuestra, la elegancia en todo su cuerpo, en su voz. Todo aquello que a Seokjin de alguna manera insensata le atraía lo quiso plasmar en una hoja de papel.

Sus manos parecían absorbidas completamente por ese sentimiento, por las formas de ese alfa tan desgraciado y tan de buen ver. Lo que le hizo hacerse una pregunta en algún momento de la madrugada.

¿Cómo es que una forma tan atractiva podía albergar a un completo imbécil?

Por lo general es de esa manera se dice a sí mismo, respondiendo la pregunta. Alguien demasiado atractivo o es un sujeto sin cerebro o es un pedante que piensa que el mundo le pertenece, al parecer Kim Namjoon pertenece al segundo grupo.

-Una lástima-suspiró al ver sus bocetos esparcidos por la cama, en especial observando con especial atención el dibujo que hizo de sus ojos azules eléctricos en blanco y negro y un color azul profundo que va desde el celeste al color de las profundidades del océano, casi llegando al negro pero aún se puede distinguir el color tan intenso azulado.

Si tan solo pudiera hacer un boceto de su rostro con esos ojos azulados tan penetrantes, sería un deleite total, inmortalizar la pasión, el deseo desenfrenado que hay en ellos.

Perdido en su propio arte acarició la hoja de papel con las yemas de sus dedos despacio, como si de alguna forma pudiera entrar en el papel y cuando su rostro empezó a acercarse cada vez más a la hoja la puerta de su habitación se abrió de par en par.

Por un momento se le pasó por la mente saltar por la ventana, otro pensamiento que se cruzó fue tomar todos los bocetos y rasgarlos para luego prenderles fuego, sin embargo nada de eso cambiaría la posición en la que se encontraba y cómo es que Kim Namjoon lo miró estático cuando al entrar tuvo una amplia visión de un dibujante acariciando los bocetos de su rostro y cuerpo, casi con el rostro pegado a las hojas como un psicópata.

-Creo que algo le hace falta pero no estoy seguro del qué-dijo Seokjin levantando la espalda para quedar sentado en la cama como una persona normal tomando su mentón en una posición pensativa.

Cuando Kim Namjoon tocó la puerta de su artista favorito nada en el mundo lo pudo haber preparado para lo que apreció cuando abrió la puerta al no tener respuesta a su llamado.

¿Estaba encantado con lo que vio? Maldita sea estaba extasiado con ver a Kim Seokjin casi restregando su rostro en varios dibujos de él semidesnudo, tanta fue su impresión que por primera vez no supo que decir en ese instante, ni siquiera podía recordar para qué lo había ido a ver.

-¿Usted qué opina Señor Kim?-preguntó Seokjin suavemente con un notorio temblor en su voz.

Opino que debería tomarte encima de esos dibujos y hacerte gritar hasta que el sol salga por el horizonte, pensó, no obstante algo muy diferente fue su respuesta.

-Si usted piensa que algo le hace falta, supongo que debe ser así-respondió para luego añadir-tengo que ir a un viaje ahora mismo, los próximos días no estaré por aquí. Si desea algo puede decírselo a mi ama de llaves. Su pago está aquí mismo-al terminar de hablar dio unos cuantos pasos para extender a Seokjin una tarjeta en la cual había suficiente dinero como para que una persona viva bien.

-Tenga un buen viaje Señor Kim-fue la respuesta que dio Seokjin tomando la tarjeta sin mirar al alfa que estaba a su lado, el cual desprende un aroma un tanto especial, el cual no puede definir pero que es muy atrayente.

Solo cuando Kim Namjoon salió de la habitación Seokjin pudo respirar con normalidad dejando caer todo su cuerpo sobre todos los bocetos para luego dar pataletas sobre toda la cama.

-¡Eres un idiota Kim Seokjin!-se reprendió a sí mismo mientras tiraba al suelo todas las hojas-¡maldita sea! ¿acaso no le enseñaron a tocar la puerta?

-Toqué pero no abrías la puerta-la respuesta de Kim Namjoon a través de la puerta hizo que Seokjin recupere la cordura y para que se quede quieto.

-Tenga un buen viaje Señor Kim-volvió a repetir con su voz plana mientras peinaba su cabello estando aún recostado en la cama observando la puerta deseando que el idiota ese se fuera de una buena vez.

Namjoon carcajeó antes de retirarse por completo del pasillo pensando en lo divertido que es alterar a Kim Seokjin y sacarlo de esa fachada de amabilidad que tiene. Algo le dice que esa personalidad no es más que una máscara que encierra muy bien su verdadera personalidad, aquella que emite en sus obras, esa pasión arrolladora de la que es poseedor y la cual, por alguna razón, guarda celosamente en su interior.

Pese al no tan agradable encuentro que tuvo con su jefe en horas de la madrugada, nada le impidió a Seokjin alegrarse por tener un desayuno tranquilo, la mañana se veía hermosa, aunque las nubes taparan el sol por completo, señal de que llovería en cualquier momento.

Con tarjeta en mano fue por el café que no le dejaron disfrutar el día anterior y esta vez llamó a Jimin no solo para pedirle un favor, esta vez le preparó una mesa entera de postres solo para que él los comiera todos.

-Sabes que no tienes que comprarme nada-dijo Jimin al tomar asiento frente a toda esa mesa repleta de postres y dulces.

-Y sabes que hago esto porque te quiero mucho y porque de alguna manera tengo que agradecerte por siempre estar cuando necesito algo, es una forma de aliviar el peso de mi corazón, por lo que estás en el deber de aliviar mi angustia.

Jimin sonrió al ver el dramatismo de Seokjin, el cual sobresale solo con las personas a las cuales este artista mundial les tiene más confianza.

-Dime como te va con el dragón del castillo-quiso saber Jimin tomando una rebanada de tarta de manzana.

-El loco desquiciado ese se apareció en mi puerta esta madrugada para decir que se iba de viaje.

-¿Por qué fue a tu habitación en la madrugada? Con una nota abría bastado para hacerte saber de su viaje.

-Tienes razón-pensativo Seokjin le dio la razón a Jimin-¿por qué ir hasta mi habitación? Se supone que las personas normales están dormidas a las cuatro de la mañana.

-Cariño, tú mismo lo has dicho, personas normales-carcajeó Jimin y luego de un instante su sonrisa se desvaneció por completo al ver el auto que estaba estacionado en la calle frente a la cafetería donde se encuentran-no puede ser-suspiró poniéndose de pie-ya vuelvo-avisó para luego salir.

Desde donde se encuentra Seokjin tiene una amplia visión de la calle y lo que está sucediendo afuera. Jimin fue directamente al auto, un Lamborghini rojo, y para su sorpresa pateó una de las puertas al mismo tiempo que el dueño, Min Yoongi, abre la ventana.

Jimin suelta un discurso con esa mirada fría y amenazadora, la cual Seokjin sabe que está poniendo en este momento para luego acercarse cada vez más a Min Yoongi. Seguramente lo está amenazando o algo parecido piensa, luego da una patada más al auto y vuelve a entrar.

-¿Te volvió a seguir?-pregunta Seokjin siendo está vez él con una sonrisa tomando un sorbo de café.

-Es un acosador de lo peor, si sigue de esa manera de seguro su empresa va a ir a la quiebra.

-¿Y a tí te importa su empresa por qué?

-Por supuesto que no es de mi incumbencia, por mi que me siga hasta el baño si con eso consigo que su constructora vaya a la quiebra y así yo quedarme con todo el mercado.

-Ajá.

-Lo digo enserio.

-Ajá-volvió a repetir Seokjin con incredulidad, sabía que Jimin tenía un ligero interés en el alfa, pero como es tan orgulloso no lo va a aceptar.

Canario Dorado (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora