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¿El pasillo siempre ha sido tan grande? Parece no tener fin y Seokjin cree firmemente que se está haciendo cada vez más extenso al poner un pie frente al otro. Es imposible pensar en algo más que en su corazón latiendo en sus oídos, en el sonido que hacen sus pies al tocar el suelo, pero eso no es todo le vuelve loco observar a Kim Namjoon frente a él.

Ese cuerpo masculino tan fornido, una espalda ancha y jura que puede ver los músculos moverse a través de su camisa y ni hablar de sus piernas y esa forma de caminar, por un momento no aguanta tan excelente vista que opta por observar en otra dirección y abstenerse de incluso respirar con profundidad, no entiende cómo pero un aroma masculino proviene de ese alfa, uno tan atrayente que lo está dejando embelesado, algo prohibido.

Este alfa está prohibido se repite una y otra vez, no es alguien con quien debe meterse, lo tragará entero y devolverá sólo huesos cuando termine con él.

Cuando Kim Namjoon sube las escaleras da media vuelta y sin pensarlo dos veces toma su mano y cuando Seokjin intentó zafarse del agarre fue impedido cuando apretó más su mano y lo guió hacia arriba.

-Puedes caer-dijo Kim Namjoon con una sonrisa petulante, la cual dice no puedes escapar de esto aunque quieras.

Seokjin no dijo una palabra y se dejó guiar haciendo hasta lo imposible por mantener su mano quieta para que no temblara como el resto de su cuerpo que se encuentra como la hoja de un árbol siendo movida por el viento.

-Aquí es donde quiero que hagas la escultura-dice con alegría sosteniendo aún la mano de Seokjin, para luego guiarlo hasta la pared, la cual se encuentra tras la cabecera de la cama-sube no voy a comerte-sonríe aún más petulante incitando a que suba.

Duda por un momento sin embargo sin saber y sin pensar demasiado en las repercusiones sube a la cama dejando atrás las pantuflas que usa dentro de casa y al hacerlo un mal movimiento de su muy tonto pie que se unde más de lo que pudo haber imaginado, su cuerpo casi cae a un lado pero es sostenido por Kim Namjoon quien toma su antebrazo quedando así uno frente al otro.

Entonces una sonrisa traviesa aparece en ese pecaminoso rostro y con un solo movimiento hace que ambos caigan a la cama, siendo Seokjin arrastrado hasta quedar en el pecho de Kim Namjoon.

Por un momento Namjoon pudo sentir el cuerpo de Seokjin sobre el suyo y debe decir que le pareció de lo más gratificante. Su aroma, su textura, el peso, su piel, todo en este beta le resulta bastante atractivo en ese momento. La dulzura que exuda junto a la sensualidad que se encuentra apareciendo de a poco hace que su corazón lata tan rápido que no entiende cómo es que aún no le ha dado un paro cardiaco.

Desde que estuvieron en el piso de abajo pudo sentir su nerviosismo, esa mirada evasiva, la respiración acelerada, todo en Kim Seokjin grita que lo tome, pero no lo hará, no aún.

Hay algo que lo detiene de a momentos, sabe que puede conseguir de Seokjin lo que quiere, pero no sabe con certeza qué es lo quiere de este beta que, ahora mismo lo está mirando con fuego en sus ojos.

Y esos ojos, ¿cómo es que no había visto esos ojos con detenimiento antes? Tienen un precioso color dorado, encendido como una llama incandescente, casi se iguala a los rayos del sol y su forma de mirar, oh esa forma de mirar, esa intensidad, la furia, el deseo y tras todo eso hay algo más que lo deja anonadado, por no decir hipnotizado.

Tan perdido en esa mirada, en el momento y ese aroma que exuda Seokjin, uno delicado y muy tenue que busca enredarlo por todas partes estaba que, no supo en qué instante una de sus manos fueron a parar a ese rostro tan lindo y cuando estuvo a punto de tocar su piel, Seokjin salió de esa burbuja tan abruptamente y los sacó a ambos de inmediato.

Seokjin por su parte estaba furioso, con el alfa, con su aroma, con la reacción de su cuerpo mismo. Deseaba acercar su rostro y besar a este tonto y ese pensamiento lo detuvo más aún cuando pudo sentir la mano de Kim Namjoon acercarse peligrosamente a su rostro, en específico a sus labios y ahí fue cuando colocó ambas manos en su pecho para ponerse de pie e inmediatamente bajó de la cama y sin pensarlo dos veces se fue sin mirar atras.

-Cuando sea más serio con esto voy a estudiar el lugar donde quiere su escultura-dijo rápidamente antes de bajar la escalera.

Con el corazón latiendo a mil por hora Seokjin entró a su habitación y se encerró ahí todo el día, incluso no quiso comer y luego cuando su horario de trabajo terminó salió de esa casa a toda velocidad.

Caminó por las calles hasta que no supo cuánto había caminado y por un segundo no supo dónde estaba, pero pudo encontrar un pequeño parque cerca de una calle principal donde podía tomar un taxi.

Exhausto por caminar y por sus pensamientos tormentosos fue uno de los juegos infantiles, era una de esas resbaladillas, le recordó a cuando estaba en el orfanato, había muchas de ellas en mal estado por lo que solían sentarse en la base y eso hizo en este momento, fue a sentarse en la base y se recostó.

La base estaba caliente por el calor del sol de la tarde y eso hizo que sintiera sueño, cerró los ojos un momento hasta que una sombra se cierne sobre él. Debe de ser un padre o madre furioso por ver a un hombre adulto en un juego de niños pensó, pero al abrir los ojos no observó a alguien furioso, más bien era un hombre con una sonrisa amable.

-Lo siento, ya me voy-se disculpó Seokjin parándose.

-No te tienes que disculpar, a veces yo también quisiera hacer lo mismo, pero mi hija no me lo permite-ríe el extraño tomando en brazos a una niña pequeña de unos cinco años.

-Solo estaba recordando mi infancia-dice Seokjin con una ligera sonrisa para luego añadir-tengo que irme, tengan una linda tarde-se despide para luego seguir su camino.

-Espero volver a verte por aquí-escucha al hombre decir, pero no voltea a mirar, simplemente alza su mano para decir adiós para luego ir a la calle principal.

Pensando en que el hombre era bastante atractivo siguió su camino dejando ese pensamiento de lado, seguramente estaba casado o algo parecido, tenía una preciosa hija en sus brazos y su esposa no debía estar lejos de ahí. ¿Acaso todos son de esa forma?

Coquetear así con su hija en brazos, que descaro pensaba mientras sus pies se dirigieron a un bar que ya estaba abierto, no es que quisiera beber pero suponía que su cuerpo lo necesitaba en este punto.

Canario Dorado (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora