Cap. 14

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En una semana nos iríamos de regreso a México, habíamos estado hablando con Aldo y Rocio para que se queden más tiempo en la casa.
Estábamos en casa de Ibai, ya que nos había invitado a tomar algunos tragos junto a Quackity y Pol.

- Fondo Fondo Fondo -comenzaron a gritar todos mientras bebía-

Reí al terminar de beber lo que me había servido y era turno de Rocio, todos la veíamos atentos ya que ella no era mucho de tomar.

- Fondo Fondo Fondo-comenzamos a gritar todos con excepción de Rocio-

Por el momento solo habíamos bebido, Ibai, Pol, Quackity, Aldo y yo.
Solo faltaba Rocio ya que Osvaldo dijo que no se sentía bien cómo para estar bebiendo, antes de salir del hotel le había tomado la temperatura pero estaba normal.

Rocio terminó de beber y todos gritamos riendo.

- Ostia, me la estoy pasando bien, los voy a invitar más seguido -dijo Ibai sonriendo-

Pasaron unas horas y pedimos dos ubers ya que no cambiamos en uno solo.

Pol y Quackity se fueron en uno y en otro nos fuimos Aldo, Rocio, Osvaldo y yo.

Al llegar al hotel, Rocio fue a ayudar a Aldo a acostarse ya que fue quien más había bebido mientras que yo iba con Osvaldo para ayudarlo porque se sentía mal.

- ¿Te doy una pastilla? -le pregunté mientras lo arropaba-

- No quiero nada -susurró y cerró los ojos-

Toqué su frente y estaba caliente, lo miré preocupada. Dejé que descansara porque al parecer se había quedado dormido. Salí de la habitación y fui donde Rocio, ella estaba tomando algo en la pequeña sala de la habitación de Aldo.

- Rocio, ¿crees que hayan dejado botiquines en las habitaciones? Osvaldo no se ve bien

- Creo que si, ¿quieres que llame a alguien para que te ayude?

- No no, voy a buscar el botiquín, descansa

- Descansa Samy

Salí de la habitación y regresé a la de Osvaldo yendo al baño para buscar el botiquín.

P.V Rocio

Miré mi tasa, me faltaba poco para terminarme el café. Ya se me había bajado el alcohol. Iba a beber más pero sentí que alguien me abrazaba por detrás.

- Vamos a dormir -susurró Aldo en mi oído-

Los vellos de mi cuerpo se erizaron, sentí cómo mi corazón se aceleraba y cómo quemaban mis mejillas.

- Ve a acostarte Aldo -le dije mientras terminaba el contenido de mi taza-

- no me voy sin ti -besó mi mejilla y luego bajó a mi cuello-

Solté un jadeo por el beso que dejó en mi cuello. Me estaba provocando.

- Aldo... -otro beso-

- Estoy sobrio, no te preocupes, pero tienes que quererlo también, no te obligaré -se separó de mí y se puso frente a mí sonriéndome-

...

𝙎𝙝𝙚 𝘪𝘴 𝘮𝘺 𝙨𝙤𝙪𝙡𝙢𝙖𝙩𝙚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora