prólogo.

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Uh, moras.

Me gustan las moras.

Quito la canastilla de mis hombros y comienzo a arrancarlas del arbusto, recolectando un par luego de haber inspeccionado que no sean del tipo venenosas.

Me gustaría tener algo de carne, pero parece que aquí se acabaron los animales o están mudando de villa.

¿En qué villa estaré ahora?

Hombre no sé ni en qué reino estoy, menos la villa.

Miro al rededor, aún hay mucho bosque, supongo que solo seguiré hasta encontrar un pueblo y poder comprar un mapa o preguntar a los aldeanos dónde estoy.

Termino con las moras, envuelvo la mitad en un pañuelo y la otra mitad la como mientras sigo mi camino.

Debería darme prisa, quedan un par de horas para que anochezca.

Apresuro el paso, aún cuando las piernas me duelen mucho. Tengo que llegar, no hay opción, no conozco nada aquí, no sé si hay civilización, si es peligroso, si hay.., alfas a los alrededores.

Espero que mi ungüento siga funcionando...

Hoy no tengo ganas de lidiar con alfas. De verdad que no.

Sigo mi camino, aún con el dolor. Paso un muy buen par de minutos en mi propio mundo, y no es dentro de mucho que capto algo corriendo.

Iba por el pasto, a una velocidad increíble.

¿Una liebre tal vez?

Puedo cazar una liebre, no es problema, y de verdad que necesito carne.

Quito mis cosas de mis hombros, buscando por mi arco, rápido, antes de que vaya más lejos.

Pero,

No llego ni a acomodar la flecha cuando un olor, muy, muy particular, me llega como loco directo a entrar en todos mis pulmones.

Un alfa.

En rutina.

Mi corazón bombea, rápido, temeroso, echándome de inmediato al suelo, rogando, de verdad rogándole a Dios que mi ungüento aún funcione y no delate que hay un omega justo aquí, para quien sea que parece estar cerca.

No toma más que un par de segundos comenzar a escuchar pisadas, fuertes, arrítmicas, como si no pudiese siquiera sostenerse en pie mientras se acerca cada vez más y más a mí.

Tapo mi nariz, la cantidad de feromonas que está soltando es.., muchísima. 

Muchas, muchas feromonas. No sé quién sea, pero podría jurar y apostar que es extremadamente dominante.

Intento meter algo de oxigeno por mi boca, pero aún así siento las feromonas entrar a mi sistema. No está ayudando. No está ayudando nada el que siquiera tenga la nariz tapada.

Su aroma está entrando en mi cuerpo con cada paso que aquel alfa da más cerca. Algo está sucediendo, esto definitivamente no es normal.

Algo está mal.

Algo está terriblemente mal.

Y justo cuando estoy listo para echarme a correr con todo lo que puedo, lo veo.

Alfa. Masculino. Grande, muy, muy grande. Está olfateando, directo y exacto hacia conmigo.

-Omega.

Dios, no.

No no no no...

Me paro. Doy apenas tres pasos con cuanta velocidad puedo, y sé que es inútil.

Su presencia llega conmigo, me tira al suelo, me ancla con su cuerpo, su nuca desprende toneladas de feromonas puras de un alfa en rutina en su punto máximo.

Y tener tantas, oler tantas, inhalar tantas...

No es bueno.

Nada, nada bueno.

Lo sé tan pronto mi estomago comienza a arder.

Mi cuerpo sube de temperatura, todo dentro y fuera se siente caliente, mi entrada se está dilatando justo ahora...

Me está induciendo a un celo espontáneo.

Mi omega toma todo el control que puede de mi persona. Quiere, anhela, necesita que lo toquen.

No sé quién sea, no le reconozco y creo que siquiera podría diferenciar con la vista tan nublada que justo ahora tengo. Mi omega no piensa en absolutamente nada más además de su aroma, lo bien que huele, lo grande que es y lo bien que podría hacerme sentir.

No tengo la menor idea de quién es este hombre, pero eso no parece importarle a mi omega en lo absoluto tan pronto comienza a tener control sobre mi cuerpo, queriendo más, pidiendo más, ardiendo más y lubricando más...

Pronto toda mi conciencia se va.

Justo aquí, justo ahora, en este bosque en donde las probabilidades de que esto pasara eran.., casi nulas.

Casi.

Fated King. |BKDK OMEGAVERSE| [ESP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora