Fated King. |BKDK OMEGAVERSE| [ESP]

dos.

«Katsuki»

-¡Katsuki, finalmente apareces! Toda la noche sin saber de ti, ¿qué pasó? ¿tan fuerte fue el hechizo?

-No terminé el hechizo, bruja -le digo a mi madre, cerrando la puerta detrás, caminando para con ella.

Su cejo se frunce, imposible no ver cuán confundida está. -¿Cómo que no lo hiciste?

-No, no termine la última parte. Me llegó la puta rutina.

-Oh.., -hace, asintiendo sorprendida pero.., comprendiendo, a medias-. Ya. ¿Hoy puedes ir a terminarlo?

-No, tengo miles de papeles que revisar.

-Ser Rey no es fácil, ¿eh, mocoso?

-Ya vi por qué me pasaron la puta corona tan pronto, viejos inútiles.

-¡Más respeto a tu madre, Katsuki!

Ruedo los ojos, pero no digo más sobre eso. No es el puto punto y no vine a hablar de eso como para alargar ese tema.

-Sí, bueno, en realidad.., venía por otra cosa, bruja.

Vuelve a juntar sus cejas, pero ahora atenta. -¿Pasó algo?

-Pues sí. Sí pasó.

Me ve detenidamente, intentando descifrar algo. Algo que en un solo segundo o, para ser más exactos, en una sola olfateada, supo exactamente a qué me referiría.

-Hueles a omega, Katsuki.

-¿Crees que no lo sé? Vengo oliéndome todo el puto camino.

Se queda en silencio. Ya se sospecha el olor que es, pero aún así no tiene la forma de preguntarlo directamente.

-¿Te acostaste con alguien? -murmura, apenas, no queriendo.

Suspiro, sabiendo ya que aunque trate de ocultarlo, es imposible. Vine por consejo, no a armar una película sobre eso. -Marqué a alguien -corrijo.

-Oh, yo.., no sabía que.., ya sabes, tenías una intención así por alguien, creí que-

-No sé ni quién es -suelto-. Solo sé su nombre y de qué reino viene. Es plebeyo. De ahí en más no sé.

Ahora, toda esa confusión se desvanece para comprenderlo en su lugar. Luego, ya no solo lo comprende, sino que también se niega a aceptarlo.

-¿Estás jugando, no?

-¿Crees que bromearía con una mierda así?

Sus ojos están comenzando a cambiar. Están haciéndose más oscuros, más alertas, más molestos.

-Katsuki, llevas un año siendo Rey.

-Sí, mi memoria está funcionando bien.

-¡Tú memoria sí pero tu puto cerebro no! -espeta, ahora sí, hasta las pelotas-. ¡¿Cómo pudiste ser tan irresponsable?!

-A ver, primero -detengo, firme ante mi propia madre-; no fue por puta irresponsabilidad, fui a hacer lo que debía por mi gente, y la rutina me llegó de improvisto, según mis tiempos aún faltaba mucho para ello. Y justo ahora estoy bien, mis rutinas duran un día completo y esta vez fue de una sola noche, o sea que fue irregular. Segundo, no se qué mierda pasó, no sé por qué lo marqué, no sé por qué lo encontré, no sé siquiera cómo una cosa llevó a la otra, solo sé que al amanecer él estaba conmigo, y estaba marcado.

Se silencia un segundo para pensar la situación, así como una respuesta que darme. Cuando lo tiene, dice-; Lo trajiste, ¿verdad?

-Sí, aquí está.